Tras el nuevo estándar del cassette, llegó una eterna lucha de formatos que realmente no terminó hasta la caída de la música en formato a causa del streaming y el mp3. Tras la hegemonía del cassette vinieron diversos intentos de mejorarlo sin éxito.
El DAT terminó recluido a los círculos de grabación semi-profesional y a la autoproducción. El DCC, o cassette compacto digital terminó fracasando sor su elevado precio y sus elevados royalties de licencia de su creador. Más adelante vendría la etapa del Minidisc, que a pesar de haber tenido un fuerte éxito en países como Japón y de haber tenido una cantidad importante de lanzamientos musicales, conviviría con un CD mucho más económico, sencillo, y con una coste de licencia mínimo.
A pesar de nacer el estándar del CD, la lucha y fracaso de formatos no terminó, porque hubo varios intentos de mejorar el CD, que desgraciadamente fracasaban ante una rápida decadencia de los formatos físicos. El SACD o Super Audio CD, que conseguía una calidad increíble, quedaba atrapado entre el CD y el DVD con un coste desproporcionado y la necesidad de reproductores totalmente nuevos.
12 авг 2017
