El libro de Génesis 7 describe la continuación de la historia del diluvio y la ejecución del plan divino de destrucción y salvación. El capítulo se puede resumir de la siguiente manera:
Noé y su familia, junto con los animales, entraron al arca siguiendo las instrucciones de Dios. Dios le ordenó a Noé que tomara siete pares de animales "limpios" y un par de animales "no limpios". Esto se hizo para permitir que los animales se usaran más tarde para obtener especias y alimentos según la ley mosaica.
Después de que Noé y los animales estuvieron a salvo en el arca, comenzó el diluvio. Aguas brotaron de la tierra y de los cielos, inundando la tierra durante 40 días y 40 noches. El arca flotó sobre las aguas, preservando la vida de Noé, su familia y los animales que estaban con ellos.
El capítulo también enfatiza que las aguas del diluvio cubrieron incluso las montañas más altas, destruyendo incluso toda vida terrenal fuera del arca. El diluvio fue un acto de juicio divino contra la corrupción y la maldad de la humanidad.
Génesis 7 destaca la importancia de la obediencia de Noé a los mandatos divinos, así como la providencia de Dios para preservar la vida en medio de la catástrofe. Este capítulo es una parte esencial de la narración del diluvio, y muestra la dualidad entre la justicia de Dios y la misericordia mostrada al preservar un remanente justo.
22 авг 2024
