Todos ellos se creían indispensables en sus empresas. Con una alta autoestima y exigencias exorbitantes, colmaron la paciencia de sus jefes, y tras sentir que sin ellos las televisoras se tambalearía, decidieron romper con ellas. Al darse cuenta de su verdadera situación, la mayoría regresó con la cola entre las patas.
31 июл 2024