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Llegaron a La Casa Murada de buena mañana. Roberto, con el estuche de la mandolina bajo el brazo. Enrique, cargando la guitarra y tocado por un sombrero Stetson que le protegía del sol. Si no fuera porque sus botas relucían, se diría que venían a pie de algún lugar remoto. Más aún, que llegaban de otro tiempo.
Roberto y Enrique Ruiz Cubero, conectados entre sí de una forma en que solamente están conectados los hermanos, hacen un tipo de canciones que parecen lejanas en el tiempo y en el espacio. Pero solo es una ilusión. Lo que ocurre es que cuesta creer que unas canciones tan sabias, que hablan con tanta naturalidad de cómo somos y cómo sentimos, las hayan escrito dos hermanos nacidos en la Alcarria castellana a mediados de los setenta, interesados por el folklore de su tierra y por la música de los Estados Unidos y que ahora viven en el Vallés.
En Tots Sants Los Hermanos Cubero cantaron varias canciones de su segundo elepé, "Flor de canciones" (2013), y una, titulada "No quiero soñar nunca más", que había quedado escondida en un disco de 7 pulgadas publicado en 2012 y hoy es imposible de encontrar.
Hace cuatro días que las han escrito y ya parecen el tipo de canciones que vienen de muy atrás y se transmiten de generación en generación. De hecho, estamos seguros de ellos: son ese tipo de canciones. Lo que ocurre es que apenas han empezado a hacer su camino a través del tiempo.
15 сен 2024