No tengo ninguna duda cuando digo que Juan Cirerol es uno de los mejores músicos y cantantes contemporáneos que ha dado este país. Es el mejor en lo suyo, y además esta primacía en lo suyo se potencia porque no hay nadie que haga "lo suyo". No me importa que no se le reconozca el valor que tiene como músico popular. Tal vez es mejor así. Este mundo está colmado de injusticias como esta, eso no importa. En su música hay algo. Hay un tesoro que está camuflajeado entre los sonidos comunes y corrientes, pero no demora demasiado en saltar al oído inmediatamente su valor. Es la realidad, así como viene hay que tener la valentía de aceptarla: Juan no ha tenido el reconocimiento que se merece, aunque quizás algún día, cien años después, las cosas cambien. Quizás le pase como a los grandes, como a Van Gogh, como a aquellas grandes almas a quienes solamente el tiempo les otorga su mínimo justo valor. Gracias, Juan, mil gracias por tu valiente marginalidad artística, carajo.