Si por algún hito se conocerá a la Familia Núñez de Prado de Baena en el mundo será por haber sido de los primeros embajadores del aceite de oliva en el mundo entero. A pesar de ser ya siete generaciones dedicándose al mundo del aceite, es esta última generación la que da un vuelco en el sector allá por los años 80 del siglo pasado y provoca una auténtica revolución en la concepción internacional del aceite de oliva
español. Son pioneros en la exportación de aceite en España, y lo colocan en los lineales internacionales más selectos, compitiendo en calidad con los aceites griegos e italianos, los más reconocidos por entonces. Francisco y Andrés Núñez de Prado aportan una visión de valor al producto hasta entonces inexplorada y otorgan al aceite andaluz el lugar que siempre debió ocupar: el de la excelencia. Su respeto por conservar los cultivos tradicionales y el cuidado del medio ambiente, los lleva a apostar
por el cultivo exclusivamente ecológico en los años 90, cuando las técnicas
agronómicas del momento iban en un camino opuesto. Pero su amor por el oro líquido no se queda ahí, promueven y divulgan toda una cultura en torno al aceite a través de la gastronomía y el óleoturismo. Uno de sus mayores tesoros es su almazara clásica, conservada en una antigua casa de labranza del siglo XVIII que recibe más de 20.000 visitas anuales. Esta almazara clásica es una joya del patrimonio industrial de las mejor
conservadas de toda la cuenca del mediterráneo. El arte diplomático de Francisco y los conocimientos técnicos de Andrés fueron un binomio perfecto para encumbrar el aceite andaluz donde se merecía estar. Su legado se mantiene a través de los Premios Internacionales en Investigación y defensa de la producción ecológica Núñez de Prado,
que en 2020 celebraron su vigésima edición en reconocimiento a la labor de la investigación académica en agricultura y ganadería ecológica.
23 май 2022
