¡Bravo, Irina! Suena tan fluido, bien interpretado y te ves tan cómoda, que un no conocedor del instrumento pensaría que esta obra es ajena a las dificultades técnicas o musicales. La realidad es que la técnica, la madurez y la sensibilidad de la guitarrista son tales, que es capaz de generar esas ilusiones. Abrazo grande para ti y para Alfonso, maestros queridos y siempre presentes.