Hacía tiempo que tenía ganas de regresar para mi gusto, a una de las Provincias mas hermosas de nuestra Argentina, como lo es SAN JUAN. Decidí entonces, planificar este viaje a una zona sanjuanina que aún no había explorado.
Es por eso que luego de una larga travesía, por fín llegué a la pequeña Ciudad de "San José de JACHAL", en el Norte de esta Provincia, emplazada a poco mas de 150 Km de su Capital y conectada a ésta por la mítica Ruta 40.
Inmediatamente, sin importar el cansancio, comencé a recorrerla y a deslumbrarme con ella. Su fisonomía de Ciudad Colonial con sus construcciones bajas de Adobe y sus veredas angostas con poca vegetación, hicieron que sintiera haber retrocedido en el tiempo.
La sencillez y cordialidad de su gente se hacía sentir a cada momento. Desde cuando entraba a algún viejo comercio a comprar algo, hasta cuando consultaba algo en la calle para recabar datos del lugar. Y ni que hablar de la palabra "inseguridad"... ¿Qué eso?... Los "Jachalleros" desconocen su significado !!! Sus motos y bicicletas duermen por las Noches en las Calles, sin ningún tipo de cadena que las ate a algún poste o reja.
Su bonita Plaza San Martín y su Templo de San José con su fachada compuesta por 3 arcos (Declarado Monumento Histórico Nacional) son 2 lugares que no se pueden dejar de conocer.
Al día siguiente, ya mas descansado, me pasó a buscar "Carlos" (un fenómeno) con quien yo me había contactado días antes de mi viaje, para coordinar algunos recorridos por la región. Es así como me acercó hasta el inicio del Sendero de un lugar SOÑADO, en las afueras de JACHAL, llamado "Los Coloraditos". Carlos se fue y ya estaba completamente solo, en medio de un paisaje de tierra colorada y vegetación agreste típica de la zona. Lo que veía se asemejaba a un escenario de otro planeta.... Es que "Los Coloraditos", son una secuencia de pequeños cerros y rocas sedimentarias de tonalidades rojizas debido a la presencia de óxidos de hierro, con geoformas realmente llamativas. Durante algunas horas, me limité a caminar asombrado, inmerso en el mas absoluto Silencio de este INCREIBLE lugar. Vaya espectacular experiencia !!
Al otro día, iba a continuar mi recorrida, siempre con "Carlos" como piloto. La jornada arrancó bien temprano bajo un sol radiante y una temperatura mas que agradable. Tomamos la Ruta Nacional 150 rumbo Oeste, entre gigantescas montañas de distintas gamas de colores. La 1er parada no estaba en mis planes, pero SIEMPRE los lugareños tienen lugares ocultos para mostrarnos. Es así como detuvimos el vehículo y Carlos me llevó hasta las "Gargantas del Río JACHAL". Se trata del encajonamiento de este río, el cuàl en la actualidad se encuentra totalmente seco. Pude entonces caminar varios metros por el estrecho y seco cauce del río, entre paredones de roca de mas de 15 metros de altura. Fue algo sinceramente alucinante !!
Seguimos viaje... seguía regalándole a mis ojos montañas y mas montañas.
Hasta que finalmente, tras algo mas de 40 km, llegamos a uno de los principales objetivos por el cuál quise realizar este viaje: El famoso Dique "CUESTA del VIENTO". ¿Qué decir de este paisaje? Estaba en presencia de un LITERAL Paraíso de la Naturaleza. Un Lago enorme con aguas color turquesa, cerros de colores a los costados y de fondo la Imponente CORDILLERA de los ANDES con sus picos Nevados... Por otro lado, lo curioso, es que por la mañana casi no se registran vientos sobre el Dique, pero a partir del mediodía, un poderoso viento comienza a soplar de forma persistente, registrándose velocidades que a veces superan los 100km/h.
Pero esto no sería todo... ya en horas de la tarde, nos dirigimos hacia otro de los destinos por mi anhelados: La serpenteante "CUESTA de HUACO".
A través de la RUTA Provincial 49 me fui sorprendiendo con increíbles paisajes y escenarios naturales, como por ejemplo el encantador "Embalse Los Cauquenes" que es una represa sobre el río Huaco, emplazada a 1.117 msnm.
Pero sin dudas, el punto más impactante se alcanza al llegar a un Mirador, ubicado en el sector más alto de la Cuesta. La imponente panorámica, formada por cerros de las más variadas formas y colores, entre rojos, ocres y grises, surcados por el Río Huaco y adornados con el verde del Valle de Huaco, casi que me dejó sin aliento. De esos lugares que uno no se cansa de fotografiar...
Otra atracción de la colorida Cuesta es el denominado “Sillón del Gigante”.... una curiosa formación rocosa que se asemeja a un gran sillón.
La frutilla del postre fue cuando algunos Kilometros mas adelante llegamos al pequeño pueblo minero de HUACO, en donde habitan poco mas de 1000 personas. Fue fascinante sentir como el tiempo y la historia parecieran haberse detenido en este lugar para que el visitante logre apreciar cómo era la vida en el San Juan colonial, con sus casonas de adobe y su vegetación semidesértica despareja...
El VIAJE que con tanto detalle había planificado, llegaba a su fin habiendo superado largamente mis expectativas...
28 авг 2024
