El dólar está en peligro, y esta vez, es una amenaza real. Los ataques provienen de China y México principalmente, y el fin del dominio del dólar estadounidense se siente cada vez más cerca de hacerse realidad.
China, junto con varios de sus aliados, ha lanzado una maniobra financiera colosal para desafiar el dominio del dólar estadounidense. Con más de 100.000 millones de dólares en juego, los bancos chinos han tomado una posición "corta", apostando a que el valor del dólar se desplomará. Una posición corta, que se utiliza normalmente en los mercados de valores, es cuando alguien apuesta a que el valor de un activo caerá. Si el dólar disminuye de valor, China puede hacer una fortuna. Pero si el plan fracasa, las consecuencias financieras podrían ser desastrosas para China, que ya ha enfrentado importantes desafíos económicos, incluido el colapso de grandes empresas como Evergrande.
Esta apuesta financiera de alto riesgo es solo un capítulo de una lucha de poder global más amplia: un nuevo tipo de guerra económica. En muchos sentidos, esta batalla moderna refleja las tensiones del pasado, de forma muy similar a la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo se dividió en dos bandos: el Occidente capitalista, liderado por Estados Unidos, y el Oriente comunista, liderado por la Unión Soviética. Aunque la Guerra Fría no fue escenario de un conflicto militar directo, ambos bandos pasaron décadas construyendo sus arsenales, incluidas armas nucleares, mientras competían por la influencia global. Cuando la Unión Soviética se derrumbó en 1991, parecía que Estados Unidos había surgido como el líder mundial indiscutible.
Durante casi dos décadas, Estados Unidos disfrutó de un dominio indiscutible. Pero luego surgió silenciosamente un nuevo rival: China. Mientras Estados Unidos se deleitaba con su supremacía posterior a la Guerra Fría, China estaba haciendo crecer rápidamente su economía, expandiendo su influencia global y modernizando su ejército. Cuando Estados Unidos se dio cuenta, China se había convertido en un competidor formidable. Rusia también había recuperado parte de su posición, formando estrechos vínculos económicos con Europa y mejorando sus capacidades militares. En muchos sentidos, Estados Unidos se dio cuenta de que ya no era el único país en el que jugar.
Algunos analistas sostienen que estamos entrando en una nueva era de competencia geopolítica, lo que llaman la “Guerra Fría 2.0”. Esta vez, sin embargo, la batalla no es sólo entre Estados Unidos y Rusia. Es Estados Unidos contra China, con Rusia como aliado cercano de China. Por un lado, Estados Unidos tiene sus aliados leales en Europa y partes de Asia. Por el otro, China está consolidando relaciones con naciones en desarrollo en Asia, África y América Latina, regiones a las que a menudo se hace referencia como el “Sur Global”.
A diferencia de la primera Guerra Fría, en la que la atención se centró en el poder militar y el dominio ideológico, este nuevo conflicto tiene múltiples frentes. Uno de ellos es el militar, con tensiones que se intensifican en Ucrania, Oriente Medio y el estrecho de Taiwán. Otro es el tecnológico: ¿quién dominará la inteligencia artificial, las telecomunicaciones y los microchips? Pero tal vez el campo de batalla más desatendido sea el económico. Los países en desarrollo del Sur Global, muchos de los cuales fueron descartados como el "Tercer Mundo" durante la Guerra Fría original, se han convertido en actores críticos en esta moderna lucha por la influencia. Estas naciones son ricas en recursos naturales, y tanto China como Estados Unidos saben que ganarse su lealtad podría inclinar la balanza en esta lucha de poder global.
Sin embargo, China ha sido más estratégica en la construcción de relaciones con estas naciones. Durante años, ha invertido en su infraestructura, ofreciendo préstamos y construyendo carreteras, ferrocarriles y puertos. A Estados Unidos, en cambio, se le ha visto a menudo como explotador de estos países para obtener mano de obra barata y materias primas. Este cambio de estrategia ha dado a China una ventaja en su búsqueda de dominio global. Los países en desarrollo están mirando ahora a China en busca de comercio e inversión, mientras que Estados Unidos está luchando por recuperar su favor.
En este video te explico de la manera más simple.
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18 сен 2024