se le nota que ya llevaba más de una década actuando y mejorando; en un comienzo no era muy buena, pero este papel que es más dramático y requería de recursos emocionales que una novata no podría utilizar y ella pudo completamente dominarlo. Bien por los actores y actrices que no se estancan y no se valen solo de su imagen para permanecer activos. Al día de hoy ella sigue igual de estupenda y bonita.
Sin palabras con ese Juan, te juro!!.. Mamá de Julieta tiene un amor mayor por el dinero que por su propia hija. Y Ojalá que su papá se pusiera los pantalones por una vez.
Juan era el verdadero villano de esta historia,nunca puso a paula en su lugar, siempre victimizandose y culpando de todo a paula, cuando el fue quien dejó q ella llegara hasta el, y julieta fue una víctima de el, y de su ego
Segunda ocasión que un personaje de Mónica Godoy queda embarazada sin saber cual de los hermanos con quien se metió es el padre de la guagua y al final lo pierde, igual que en la teleserie Destinos Cruzados cuatro años antes.
El niño no lo merece. Una mujer que se mete y hasta se enamora del hermano, no le cuenta a Juan y le dice que lo ama. Solo para mi hace el papel de víctima.
marcelo rengifo Entonces no comentes ni las veas, a mi si me gusta su nombre es joaquin, que a ti no te guste no quiere decir que sea mala, tipico resentido que esta picado porque no suben sus mierdas de los 80 y 90😂😂 asumelo no las subiran!!
no entiendo ese machismo implícito en echarle la culpa a Paula de la pérdida del bebé de otra, no fue ella la que la empujó por la escalera, no le apuñaló el vientre ni le dio algo raro para tomar. Paula NO tiene responsabilidad. Julieta al final se casó sabiendo que estaba siendo engañada, fue ella quien escogió vivir una mentira, presionada por su madre arribista y trepadora y aceptar un hombre que tenía pleno conocimiento de que ya no la quería... y en cualquier caso, Juan era el que tenía el compromiso. Esas son las minas que le pegan a la amante en vez de encarar al marido y asumir que simplemente no son queridas... indignas y cero autocrítica