Uno de los momentos más celebrados por la afición deportivista en una temporada bastante floja.
Sin duda, Valery Karpin era un gran jugador, pero su pasado en el Celta y su fuerte carácter le habían convertido en aquella época en uno de los futbolistas más silbados en Riazor año tras año.
Aquella iba a ser su última temporada, y como era su "despedida" de Riazor, el jugador ruso decidió aplaudir a la afición coruñesa cuando iba a ser sustituido.
Pero esos aplausos no gustaron al árbitro. Le advirtió de que no lo repitiera, porque estaba provocando al público, y que se diera prisa en el cambio. Pero Karpin siguió aplaudiendo... y el colegiado le enseñó la tarjeta amarilla. Como ya tenía otra, el jugador fue expulsado antes de ser sustituido.
Eso provocó las risas y los cánticos de todo el estadio. Una celebración a la altura de los goles del partido.
3 окт 2024