A Marine Le Pen, a un milímetro de ser la mujer más poderosa de Francia y estar entre las más influyentes de Europa, le caería muy bien poner los ojos en Perú y ver todo lo que los caviares, sin ser elegidos por nadie, son capaces de hacer.
Basta ver a su equivalente en Perú, ### Keiko Fujimori, que nuevamente y sin importar la opinión pública es llevada a un juicio con el arrastre de todos los medios internacionales, cuando ni es candidata ni tiene cargo público fue solo un ensayo de una forma de quedarse a la mala en el poder.
Ya saben que a Marine se le acusa de ser una ultraderechista e hija del fundador de su partido, Jean-Marie Le Pen, a quien se le ha caricaturizado de ser poco menos que un nazi.
Qué parecido todo esto con Perú como cuando decían Keiko hija de un dictador.
Pero ahora viene lo bueno. Lo pasado en Francia hace horas, recuerda cuando Keiko ganó las elecciones parlamentarias y a los dos días, sin pruebas de nada, la metieron a la cárcel.
Temían que con el Parlamento en su poder, iba a tener al gobierno de PPK de rodillas, y es lo mismo que piensan cuando atacan a Marine Le Pen, pues ella podría ser la mandamás en la Asamblea Nacional.
Si ya pasó esto en el Perú va a pasar en Francia, que como ustedes saben hasta esta semana se consideraba como un templo inamovible del cripto comunismo.
Pero ya no lo es ante dos hechos recientes escandalosos para los caviares de toda Europa, y el terror para las ONG s europeas que operan en Perú: hace menos de un mes sus cuadros perdieron en las elecciones del Parlamento Europeo, y hace días sufrieron la catástrofe de perder en primera vuelta las elecciones parlamentarias, donde la derecha francesa ha ganado, el centro macronista ha desaparecido y se enfrentan este domingo, en segunda vuelta contra la extrema izquierda.
Francia vive con alarma la crisis económica y de los migrantes.
En los últimos años, Francia se ha convertido en la sociedad más estatal del mundo. Los agricultores peruanos ya quisieran los subsidios de los franceses, y los desempleados el cash que allá es poco pero en Perú nadie tiene.
La deuda francesa está en el 110 por ciento del PBI, es decir, producen menos de lo que deben.
Enfermos de estatalismo, ¿Se atreverán los gobiernos que vienen a decir como Milei "no vamos a gastar lo que no producimos"?
Las empresas, adictas al estado, igual que en Perú en días de Vizcarra, no quieren muchos cambios, pero no les queda otra.
En barrios de París, y no crean que todos son como Saint Germain des Prés, el San Isidro de por allá, los equivalentes a venecos son los islámicos, que antes que la ley francesa siguen a la sharía, que es el sistema legal islámico
Le Rassemblement National, o Reagrupamiento Nacional, que es el partido de Marine Le Pen ha captado el voto del hartazgo poniendo a la cabeza del partido a un joven, Jordan Bardella, quien con sus 29 años no solamente va en sentido contrario de la llamada generación de cristal, sino que ha hecho clic con montones de chicos franceses, preocupados por la economía, cansados de estar sometidos al funesto catequismo rojo del pro-migrante, el elegetebeismo, ecoterrorismo y mas ismos que los está arruinando, desde barrios a granjas, peor si meten a Ucrania a la Unión Europea, que produce leche, queso, cereales mucho más barato que los agricultores franceses.
Por qué creen que hace unos meses salieron a echar caca de animal en las instituciones gubernamentales.
Igual pasó con las elecciones al Parlamento Europeo, donde, y agárrense, por más medios caviares que haya, al menos han entrado 10 youtubers de derecha.
Allá hay segunda vuelta para reafirmar a los parlamentarios, será este domingo y se vaticina que pasará al revés que en Perú, un voto en blanco contra la derecha antes que votar por el radical izquierdista, Frente Nacional de Melenchón.
Igual que acá, sin importar la democracia, quieren mantener el poder al que se han hecho adictos, pese a sus fracasos.
Ahora Marine Le Pen es la mujer más poderosa de Francia, pero cuando controlen el parlamento, verán que Macron, al que le quedan tres años en el poder, estará tentado a hacer lo mismo que Vizcarra hizo a Keiko, someterla a juicios por cualquier cosa.
Igual que acá le atacan con caricaturas como una extremista de una derecha, que no va a volver a gobernar en Francia porque nunca lo hizo.
La referencia más usada estos días, la del fascismo de los años 30 y 40 podría acusar al viejo Jean-Marie Le Pen, el papá de Marine, pero no para explicar la popularidad de Jordan Bardella.
La comparativa es toda una deshonestidad intelectual y su uso como «alerta antifascista» suele actuar a la inversa con los votantes desencantados de la socialdemocracia.
Creo que en Francia están empezando a vivir la realidad.
26 авг 2024
