Pero qué feo personaje el del ojon del Mendoza, no es nadie para insultar a Carmen y menos exigirle que se aleje de su hija. Qué locura de época, cuanto prejuicio.
El señor Mendoza y los demas ahí, puros machistas. Que bueno que los tiempos han cambiado. Antes se juzgaba sin piedad a una mujer, como si solo los hombres tenian derecho a pecar y las mujeres no, que gran injusticia. Pero ante Dios todos somos iguales, y lo que Dios manda, es lo que importa.