La habilidad motora compleja es una capacidad crucial para cualquier profesional del ámbito policial, ya que permite la ejecución simultánea de múltiples acciones que, en situaciones críticas, pueden marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso de una operación. Esta habilidad se refiere a la capacidad del cuerpo y la mente para coordinar varias tareas físicas y cognitivas al mismo tiempo, como por ejemplo extraer el arma, emitir órdenes verbales, solicitar apoyo por radio y, simultáneamente, mantener la conciencia situacional respecto a la posición de los compañeros, el entorno y la evolución del escenario.
No obstante, investigaciones en el campo del comportamiento bajo estrés y las respuestas fisiológicas del cuerpo humano han demostrado que la habilidad motora compleja se ve afectada significativamente cuando las pulsaciones del corazón alcanzan ciertos niveles elevados. Específicamente, se ha establecido que cuando se llega a las 145 pulsaciones por minuto (PPM), las capacidades de realizar varias tareas a la vez comienzan a deteriorarse. Este umbral marca un punto en el que el cuerpo entra en un estado de estrés agudo, alterando tanto el control motor fino como la toma de decisiones complejas. Es decir, el agente puede dejar de ser capaz de ejecutar simultáneamente acciones que, en condiciones normales de entrenamiento o bajo niveles de estrés más bajos, no suponen ninguna dificultad.
El aumento de las pulsaciones cardíacas es una respuesta fisiológica natural ante situaciones percibidas como amenazantes o peligrosas. Ante la presencia de una amenaza inminente, el cuerpo activa lo que comúnmente se conoce como la respuesta de "lucha o huida", que desencadena una serie de cambios en el sistema nervioso. Entre estos cambios se encuentra el aumento de la frecuencia cardíaca, la liberación de adrenalina y cortisol, y una mayor concentración de sangre en los músculos grandes, preparando al cuerpo para una respuesta rápida y enérgica.
Sin embargo, estos cambios tienen consecuencias negativas en el ámbito cognitivo y motor. A medida que las pulsaciones alcanzan las 145 PPM o más, la habilidad motora fina (aquella que requiere precisión y control, como apuntar con el arma) comienza a deteriorarse, dando lugar a movimientos más toscos y menos precisos. Al mismo tiempo, la visión periférica se reduce, creando lo que se conoce como "visión en túnel". Este fenómeno limita la capacidad del agente para mantener una visión clara de todo el escenario, obligándolo a centrarse únicamente en la amenaza inmediata. Esta limitación puede hacer que pierda de vista otros elementos críticos de la situación, como la posición de sus compañeros o la presencia de otros potenciales agresores.
6 окт 2024
