Jesús nos ha mandado amarnos los unos a los otros con su mismo amor, ser perfectos como es perfecto el Padre celestial, ¿quién podría cumplir semejantes exigencias? Su mandato y su ejemplo son al mismo tiempo sacramento: Él mismo, su gracia, hace posible lo que para nosotros solos es imposible. ¡Los sacramentos nos comunican y fortalecen la vida divina!
16 сен 2024