Prosperar materialmente es un don de Dios así como lo es el don de profecía, el de hacer milagros, el don de sanidad, etc. Es decir, no es para todos. Así como los dones sin el verdadero carácter de humildad y sencillez en el corazón pueden echar a perder a un cristiano así también el amor a las riquezas pueden "entibiar" la vida espiritual de un hijo de Dios. Eso fue lo que le paso a la Iglesia de Laodisea hace casi 2000 años... ¡Y sigue pasando!
¡Que la tibieza espiritual no te empobrezca!
15 сен 2024