Las izquierdas de Francia - Fernando Buen Abad, filósofo e investigador 

Hola! Magnífico análisis y opinión del Dr. Fernando Buen Abad es una gran enciclopedia andante. Y sus 7 formaciones de izquierda y la falta de critica y autocrítica. Felicidades . Es adorable Ernesto

Es un placer escuchar al maestro Fernando de buen.

Como siempre, grande Fernando Buen Abad. Cuánto debemos aprender para merecer el nombre de ser humano.

Graciassssss!!!!!

❤🎉❤excelentes análisis del dr. Buen Abad

Excelente intervención.

Me encanta escucharlo

Entrevista extraordinaria, gracias a los tres.

Muchas gracias por publicar y enriquecer el debate con este polémico aporte .

Excelente programa

gracias estimado ernesto or traernos la opinion de gente de esta estatura intelectual que nos dan luz ante estos tiemps tan definitorios ara las izquierdas de america y el mundo

Que invitado!

Yo si quiero que retomen El tema, bien prontisimo por fas

Creo que el estimado Fisgón tendría que reflexionar al respecto de lo dicho con el Buen Fernando....!!

Saludos!

muchas gracias por la entrevista ¿pueden compartir el texto que recomendó al final de la entrevista? dice que de Adolfo Sánchez Vázquez, que analiza las izquierdas, pero no dice cuál.

Minuto 23:00 Buen Abad habla de lo importante que es saber usar la crítica sin grilla, sin que el interlocutor se sienta ofendido , saber en el disenso reunirse para lograr consensos

Hay signos de tendencia hacia el cambio en el panorama político, iniciamos con el gran hombre y el pueblo de Estados Unidos Mexicanos y en occidente con ese pueblo de historia en las luchas sociales y políticas de FRancia y el porfiado Malanchon.

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El Movimiento de izquierda en francia es campesino

Excelente análisis para la realidad de 1966. Pensar que existe un izquierda, progresista y benéfica, y una derecha, siempre con el prefijo ultra próxima al facismo, denota un agudo anacronismo y desconocimiento del mundo actual. Decir que Meloni o Le Pen tienden al facismo y al nazismo es partir de lo que aquí se cuestiona, a saber, la falta de una crítica sin dogmas y prejuicios. Basta observar cómo Meloni tenía un discurso de acercamiento a Rusia y China, así como mil palabras en torno al control de la migración, y apenas llegó al poder fue conminad terminantemente por la muy democrática Unión Europea, personificada por la incorruptible Úrsula Von der leyen, a alinearse por el camino único del bien; así lo hizo la enérgica Giorgia, rompió los acuerdos con China, aceptó más migrantes que nunca, declaró, ante las carcajadas de Putin, que Rusia caería de rodillas y, lo peor, sigue las políticas que Mario Dragui le dicta; es decir, hace exactamente lo mismo que los gobiernos que se dicen de izquierda. Hay que entender que el pensamiento social de izquierda fue traicionado hace más de tres décadas cuando, tras múltiples fracasos y descrédito, se abandonó el fundamento de la lucha de clases para sustituirlo por la ideología woke, el falso ecologismo, la migración y toda causa con fachada de bondad que se sume al sencible buenisno, como el amor a los animales, el desprecio al horrendo ser humano (que se volvió monstruoso por el patriarcado). Curiosamente todos estos preceptos son compartidos y fomentados tanto por la ONU, la Unión Europea, la banca mundial, las élites financieras, las grandes empresas multinacionales y los fondo de inversión que las detentan; organismos, instituciones y grupos que seguramente se desviven por la igualdad social y el bien común. Por eso no es raro que los enajenados se emocionen al ver a un jugador de fútbol, que no sabe nada más allá de anotar goles, aseverando que la migración no es un problema en Francia, y suponen que como es negro y tiene ascendencia de Camerún, sabe de lo que habla, y van más allá al atribuirle conciencia social a un producto del mercado que gana millones de euros que gasta en caridad para sacar de la pobreza a la Ferrari y otras empresas familiares por el estilo. La realidad, es que en Europa la migración es un negocio harto lucrativo para empresas y ONGs que reciben dinero de Europa y los propios migrantes, y no hace falta ser muy inteligente para entender que este fenómeno es un problema grave tanto para los migrantes como para la sociedad de destino. Los primeros arriesgan sus vidas al cruzar el desierto y el mar, son tratados como mercancía y abandonados en aguas internacionales para ser "rescatados" por los traficantes de las ONGs, y se cuentan por cientos los que mueren. Por otro lado, la llegada de miles de emigrantes a diferentes lugares de Europa rebasa la capacidad para su integración y por obvias razones la delincuencia se incrementa cada vez con más violencia. Esto constituye un problema real que hay que resolver, a menos que el versado sociólogo Mbappé tenga estudios que demuestren lo contrario. Así, mientras la pseudo izquierda europea reacciona de la misma forma que el insigne goleador, ahora merengue, Le Pen y el remedo de derecha en Europa aseguran que pondrán remedio al problema, igual que cacareó Meloni hasta que la coacción europea le mostró los billetes que dejaría de percibir. Lo mismo pasa con todos los temas de la agenda verde, el totalitarismo woke y la guerra de Ucrania, y para estos analistas no parece un problema que Macron se disfrace de Napoleón, y que toda Europa, en vez de buscar la paz, escalen un conflicto y apoyen sanciones que están acabando con Europa para beneficio gringo y riesgo nuclear para el mundo. Ya lo dijo Maléfica Von der layen, los europeos tienen que apoyar a Ucrania para vencer a Rusia y para ello deben sacrificar los fondos de pensiones y de educación; es decir, los ciudadanos tienen que pagar una guerra imposible de ganar en apoyo a un país corrupto que no pertenece a la Unión. Al mismo tiempo la energía es más costosa porque el gas barato de Rusia llega por intermediarios o se le compra a EU 40% más caro, y los beneficios de comerciar con China son poco más que pecaminosos. Eso es lo que hoy llaman izquierda, grandes capitales sin patria ni escrúpulos que se enriquecen a costa del sufrimiento y trabajo del ciudadano común, por eso los trabajadores están votando a la derecha, para salir de la dictadura que se dice progresista, no porque apoye al fascismo, sino para huir de él, esperanzados de que la derecha haga algo diferente y, como en Italia, caer fatídicamente en lo mismo. El verdadero ganador de estas elecciones es Macron, funcionario de la banca que se hace llamar presidente de Francia, quien ayudado por Brucelas y toda la maquinaria globalista sembró el terror en el pueblo francés para dividir el congreso y tener una nueva oportunidad. Los que se creen de izquierda pueden unir el lúbrico entusiasmo que les provoca entonar la Internacional con el placer culposo que experimentan al escuchar el himno de la Champions, sólo porque no se percatan de que hoy no se trata de izquierdas y derechas, sino de escapar tanto del globalismo progre, como del soberanisno patriótico, el uno tan totalitario como el otro, y crear espacios de libertad donde el bien común sea el valor que prime.

MBAPE...!!!

UNIDAD MORENA¡¡¡¡IGUALDAD¡¡¡ y SOLIDARIDAD¡¡¡