No solo Dios, sino también los politicos. Ojalá y quienes nos representan comiencen a ser diligentes de una vez por todas, tomando acciones contundentes que beneficien al país.
Espero que la gente no solo se confíe de la lluvia, sino de recordar que desafortunadamente, no se ha sabido tomar de manera pertinente acciones ante el estiaje. Es cierto, nadie culpa al presidente del cambio climático, pero sí tiene gran culpa en no cumplir lo que prometió y buscar soluciones. Para eso está en Carondelet. De todo corazón, espero que todo esto mejore y que podamos al menos volver a trabajar para llevar el pan a nuestros hogares.