Todo esto lleva al salmista a la contemplación: sacar tiempo para admirar, para ir mas allá de lo que se ve a simple vista y a flor de piel. Para esto necesitamos tiempo y capacidad de asombro. Quitar el pie al acelerador y ponerlo en el freno; salir del círculo vicioso de que vivimos para trabajar, consumir y producir; pero, no para descansar, meditar y contemplar. Dijo Foster: “La superficialidad es la maldición de nuestro tiempo”.
14 окт 2024