Los mejores momentos de  

Como cada domingo de Resurrección, la plaza de España se llena de miles de personas que durante minutos tienen mantenida la emoción, mientras esperan uno de los momentos más fugaces y a la vez intensos de todo el año y, por supuesto, de la Semana Santa: la emocionante carrera que inician madre e hijo, la Virgen de la Aurora y Cristo Resucitado, nuestra querida Carrerita. Una fiesta de interés turístico regional, desde el año 2007, que hace que miles de corazones se aceleren, se emocionen con este encuentro, que esperan durante una o dos horas y que hace que todos, sin excepción, se emocionen por la alegría del encuentro; por la alegría de la vida que representa el Domingo de Resurrección.
Tras la alegría de madre e hijo, contagiada a los miles de asistentes, comienza la procesión por las calles de la ciudad, para volver a la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, donde tiene lugar la misa. La Virgen se quedará en el templo y el Lunes de Pascua, el tradicional día de la Jira, emprende el camino de regreso a su ermita, donde permanecerá de nuevo hasta el fin de semana anterior a la celebración de las Candelas. A las 9:00 de la mañana, la Virgen de la Aurora parte de la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, donde el coro de la Hermandad de la Aurora cantará el himno de la Virgen y una canción de despedida. En su camino de regreso, la Virgen para en la parroquia de de San Francisco de Asís, donde se despide con un canto Mariano y una Salve cantados por la Coral Villanovense.
El recorrido que realizará la Virgen va desde la plaza de España, parque de la Constitución, calle Lares, plaza de Maura, calle San Francisco, plaza de San Bartolomé, calle San Francisco, calle Valdivia, calle San Miguel, carretera de Circunvalación, camino de Pontezuela, hasta la ermita.
Una vez en la ermita, a las 11:30 horas, se celebrará la eucaristía con interpretaciones del de la Hermandad de la Aurora. El próximo sábado, 2 de abril, acogerá la tradicional garbanzada, una jornada de convivencia en la ermita y que supone el último acto de la Cofradía de Nuestra Señora de la Aurora.