Oír a Manolo García cuando siempre estás recordando a Enrique, es completamente ridículo. A mí me indigna sinceramente, ese mezclar churras con merinas. Al revés pasaría igual, si Enrique cantara cualquier canción del Último. Lo siento pero siempre me gustó el niño (y nunca mejor dicho) del cuento El nuevo traje del emperador.