A mi juicio esta es la mejor intervención hasta la fecha de Luis Carlos en la contienda, y además una de sus mejores exposiciones en general, lo que es verdaderamente admirable dado su ilustre historial. Los asuntos aquí discutidos tienen un alcance que desborda la cuestión del arte, y ojalá siga persiguiendo esta investigación del pensamiento mágico (expresión mucho más acertada que la desafortunada "pensamiento alicia", que delata desconocimiento de los libros de Dodgson) en conexión con esas ideas que tan bien ha estudiado: el dinero y el valor, quizás criticando la función de la moneda sigilada como fetiche que permite precisamente satisfacer deseos sin realizar uno mismo el trabajo y cuya sustantivación ha conducido a más de dos siglos de mito del trueque "natural" como principio de la economía académica dominante con sus debidas consecuencias para las políticas monetarias (véanse las disputas sobre la creación de crédito). Por lo que hace al jugoso análisis de la magia desde el neoplatonismo, a pesar de no ser el tema exclusivo de la conferencia se han echado en falta referencias a formas contemporáneas de magia, particularmente a la conocida como "magia del caos" precisamente de gran predicamento entre la artistería anglosajona y muy deudora de la ontología de Schopenhauer, así como otras de carácter más ritual que parecen tener hoy funciones sociales semejantes a las del espiritismo o la teosofía hace un siglo, pero es particularmente la primera la que habría sido pintiparada aquí. Independientemente de cómo se desarrolle a partir de esta aportación la disputa por la filosofía del arte en la escuela, Luis Carlos Martín Jiménez ha presentdo muestras de haber encontrado una veta de oro que ojalá siga picando y, quién sabe, quizás acabe en una edición ampliada de su estupendo Mito del Capitalismo analizando la metáfora de la autopista celestial de Adán Smith.
Ostras que bien ,ayer no lo pude escuchar hoy lo primero ponerme los cascos para currar,segur que es buenísimo como siempre ,muchas gracias Luis Carlos...
2:28:35 Me parece que ahí es donde el filósofo Luis Carlos erra el tiro y me sorprende ya que se puede entender el texto de El individuo en la Historia junto con las ideas expuestas por Martín Jiménez (sólo que entendiendo al sujeto pretérito y al historiador como sujeto de acción y sujeto de pasión o como operador y espectador respectivamente, todos Sujetos Gnoseológicos en el tiempo. Y entendiendo la obra como una reliquia queda expuesta la idea de Sustancialismo actualista en el texto siguiente) y cito pag. 68: ... Interpretando la reactualización como una re-producción (imitación). Es decir, establecer entre el sujeto pretérito y el historiador (SG) una relación de co-individualidad dentro de una clase distributiva Z . Con estas condiciones es evidente que "re-actualizar el pasado" será una expresión llena de sentido. Pero debido a que este sentido manifiesta la misma reproducción ante una reliquia concreta, de las condiciones de nuestra reinterpretación. Ahora bien, el sujeto reactualizado a través de la reliquia es el mismo sujeto presupuesto en (1) y, por tanto, por esta vía estaríamos arrojados al solipsismo, no podríamos salir de nuestra propia subjetividad. Hay una petición de principio que, gnoseológicamente, puede tomar la forma de autologismo: decimos que reconstruimos la experiencia pasada cuando ya la hemos dado como presupuesta. El autologismo es tan evidente que, quien lo practica, no podrá menos de saber que lo que está reconstruyendo (reactualizando) es él mismo, bajo la forma de otro que, al ser yo mismo, tendrá que ser determinado como diferente para que pueda figurar como sujeto histórico -.) Ahora, Don Gustavo habla de reactualizar el pasado a través de la reliquia, pero también podemos reactualizar la reliquia a través del presente. Y allí es donde se le da valor a la obra o reliquia (como el Partenón) tomando el conjunto y dándole sentido, así como Don Gustavo hizo en teoremas y poemas o como lo hizo con el pasado, presente y futuro de España coordinados con Don Quijote, Sancho y Dulcinea respectivamente. Eso es actualizar la obra, ya lo dice Vicente, una obra no es un todo, es una totalización. Me parece evidente, espero su afán de destruir no lo ciegue en su fineza para hilar. Aún así sigue siendo una referencia, gracias por el discurso. Don Marcelino, como siempre un placer escucharle.
Aparte de análisis antropológicos, ¿alguien ha oído a Luis Carlos alguna vez analizando el contenido de una obra de arte, aunque sea a nivel literal? ¿Alguien puede decir algo de las artes plásticas sin referirse jamás a una sola obra o autor? Suponiendo que no es lo mismo representar una cebolla que al dios Vulcano, será necesario discriminar entre esos diferentes tipos de imágenes, porque de ellos depende un análisis morfológico de las artes. Las alternativas son análisis funcionales o lisológicos. Como no incorpora estudios de técnicas artísticas a sus lecciones, no es capaz de realizar una lectura de ideas ejercidas en las técnicas. Por ejemplo, en pintura no se ejercen las mismas ideas con un empaste grueso en contraste con la crudeza de la textura de la tela, que en la acumulación de sucesivas capas de veladuras casi transparentes. Si quisiera incorporar, además, estudios iconológicos, habría sabido identificar el salto entre los presuntos orígenes rituales de las artes y las ideas narrativas y filosóficas representadas. Esos conocimientos le servirían para entender que la crítica y filosofía serias del arte no tienen que ver con la constatación de un nuevo orden impuesto al mundo por un genio al modo kantiano, sino un nuevo orden de ideas impuesto dialécticamente a otras ideas. Esto significa que el arte, en su dimensión sustantiva, se mueve en un plano filosófico, el de la dialéctica de las ideas, y no en un plano práctico, como la religión. Al fin al cabo, al conocer la filosofía del arte solo de forma intermitente (y solo hasta el S.XIX) y al rehuir el enfrentamiento con las obras en sí mismas, Luis Carlos solo habla de arte tendiendo a confundirlo con la filosofía que algunos han hecho o hacen del arte, seguramente porque ello apoya su análisis funcional. Pero eso no es un ejercicio de materialismo filosófico, sino doxografía. A pesar de ello, decide incorporar tímidamente la doctrina de las artes sustantivas de Bueno, casi como una nota al pie en 2:28:35 para reconocer una dimensión sustantiva que reduce a "un intríngulis" y "una maestría" "imposible de copiar".
Por ejemplo, la gastronomia: hay gente que disfruta con cosas "xxx" que les sabe igual que un exquisito guiso. Tambien hay otros que creen es divino hablar con una caja de ritmos y dos acordes alternos. Pero yo creo que hay algo importante, no se, quizas algo aso como que conseguimos acercarnos mas o mejor a M, pues el arte servil, en la contrapartida, esta como "muy contingente" a las cosas,algo asi, he improvisado un poco.
Bueno ha sido muy improvisada la respuesta,solo que le estaba dando vueltas ocasionalmente al asunto en esos terminos, el comentario lo he hecho muy poco matizado, y ha sido tambien precipitado (he obviado varios articulos de feijo que tengo por ahi, por ejemplo). Pero algo ahi por enjendrar me ronda...
me interesa el tema pero la sintaxis y la dicción se me escapan, se me van como pájaros volando de estas manos mentales que sus dedos traban en el aire XD
Vamos que tira la niña con el agua sucia. Bueno quiere complejizar la idea simplista del arte como sustituto de la religión, pero no eliminar completamente lo sustantivo que en ciertas obras de arte es muy evidente y que remite a la MOG, como no puede ser de otra forma, sino solo habria repetición, copia y fetiches.