El Gobierno del presidente Gustavo Petro tiene por lo menos tres herramientas que le dan marco jurídico a su gestión: La Constitución del 91, el Plan Nacional de Desarrollo y el Acuerdo de paz con las Farc. Suenan generales pero es real porque en todas hay bases para avanzar hacia mayor equidad, justicia social y desarrollo regional, temas importantes y necesarios que se levantaron como bandera en la campaña. Sin duda, se necesitan ajustes, cambios, leyes, pero hay una base importante con la que ya se puede trabajar.
¿Se necesitan las reformas de salud, pensional, laboral, de educación y otras? Creo que sí y eso no significa que el Gobierno pueda imponer su visión de ellas en un Congreso en el que no tiene mayorías. Para hacerlas realidad debe discutir, ceder y concertar. Esos tres verbos juegan para todos los sectores políticos que ceden poco o nada porque siempre piensan más en su conveniencia política que en las necesidades del país, tan mencionadas y usadas para las campañas. La realidad política es así. No es fácil, está llena de obstáculos, de trampas, de intereses personales, de mafias que han captado los poderes. En medio de eso hay que trabajar. El cambio grande sería cumplir y hacer cumplir las leyes que ya tenemos. Comparto columna para El Espectador.
15 май 2024