Madre Bendita Luz y Fuerza de Mi Existir 

Este video está dedicado a todas las madres cuyos hijos se encuentran en el exilio. A través de un poema lleno de amor y nostalgia, rindo homenaje a la fuerza y el sacrificio de aquellas madres que, a pesar de la distancia, mantienen vivo el vínculo inquebrantable del amor maternal. Acompáñame en este viaje emocional y comparte este mensaje con quienes también sienten la ausencia de un ser querido.
Madre Bendita: Luz y Fuerza de Mi Existir
Autor: Chad E. Quiroz
Este poema está dedicado a todas las madres cuyos hijos se encuentran en el exilio (muy especialmente a la mía). Con palabras llenas de amor y nostalgia, rinde homenaje a la fuerza y el sacrificio de aquellas que, a pesar de la distancia, mantienen vivo el vínculo inquebrantable del amor maternal.
Madre bendita, luz de mi existir,
emblema eterno de amor maternal,
cada célula mía lleva tu sentir,
tu vida en la mía, amor sin igual,
En tu día sagrado, que la dicha sea tu destino.
De tu amor brota la fuerza,
que alimenta mi alma cada día,
tu alegría es mi guía,
y aunque la distancia nos aleje,
tu amor está presente en cada célula mía.
Oh divina dadora de vida,
que al mundo me hiciste llegar,
tu amor fue la luz que me guió,
en cada paso que he de avanzar,
a ti eterno agradecimiento alzar.
Deseo para ti, felicidad eterna,
que cada día sea una gran aventura,
y mientras las palabras fluyan,
tu belleza estará presente en mi escritura.
Oh querida Chelita, madre mía,
que pena que los corruptos viles
se interponen entre nosotros dos,
y me impiden abrazarte con amor.
Aunque lejos ahora estemos distantes,
por la incertidumbre que hoy nos envuelve,
yo me siento alentado y reconfortado,
por saber que en mi sangre llevo tu aliento.
Cada vena que recorre mi ser,
te lleva a ti, mi madre, consigo,
y aunque no estemos juntos en este instante,
mi corazón late con tu abrigo.
Vivimos tiempos difíciles, es verdad,
pero no perderemos nunca la fe
de que volveremos a abrazarnos,
y todo será como solía ser.
En mí, oh mi madre, estarás presente día a día,
tu alma, tu ser, no se marchitan ni menguan,
cuando partí buscando la gloria en lejanas tierras,
dejé en mi hogar la luz de tu amor y alegría.
Nunca olvido la dicha que tengo al estar contigo,
el gozo y bienestar que en tu ser encuentro,
soy un peregrino, un hombre con un destino,
que en la memoria de su hogar siempre se estremece.
Hoy y siempre te rindo homenaje,
eres mi alma, mi origen, mi vida,
tu amor es la fuente de mi viaje,
y por ti, seguiré siendo tu capitán valiente.