Por un verriondo capricho jue que me casé con vos. Y no me digás que no, que vos no ‘tabas sabido, jijuemama encurumido, que a yo me gusta es mandar. Yo no voy a cocinar. Hacé vos los bretecitos y te acostás tempranito, ¡so jiquerón aturdido! ¿El patio ya ‘tá barrido? ¡Cuidao con los pollitos! Andá dale esos granitos y arreglame la cocina, tentá esas cuatro gallinas que van a poner mañana. ¡Pero quitate esa ruana, que parecés es dormido! Así es que quiero un marido, u andate pa’onde tu mama. ¿Cómo te va pareciendo esta cruz del matrimonio? ¡Con yo te llevó el demonio, pedazo de escarabajo! Traé la leña de abajo que’l jogón está en ceniza ¡Pero huy pues gran longaniza, patirrajao perezoso! Que solo te ves dichoso cuando me tenés debajo… ¡Jm! A’i ya’stás rejunjuñando. Sos igualito a tu agüela Que hasta se jartó las velas el día en que se murió. ¡Claro! La culiseca de yo, la que tuíto se lo pilla. Ve que a’i ‘tá la bacinilla en de hace como ocho días ¿Vos era que no sabías? ¡Botala ya jiquerón! Tenés que comprarme a yo pintalabio y colorete Pa estos pobres cachetes, pero no de esos baratos, También un par de zapatos y unos calzones bonitos, que estos otros tilanguitos ya no tapan ni un jundillo y ya tienen más portizos que los linderos del ñato ¿A vos? A vos no te rinde nada. En un dos por tres patadas botás hasta media vida. ¡Claro! Con las de la otra vida te la gastás, ¡gran zurrón! Yo ya dejé de ser boba. ¡Ay, pa apachurrate esta escoba Patirrajao niguatero! Pa que te movás ligero y no te hagás el pelotón. Como vos te emborrachás y te das vida de rey y como pa vos no hay ley, uno que barra la casa; que ya se quebró una taza, que no hay maíz en el pilón, que cada año un buchón, porque pa eso sí sos bueno, y hasta en calzones ajenos derrochás la chuchuguasa. Esto tiene que cambiar, manque te dé verraquera. Pu’ai hay mucho quien me quiera y con mejor calentura. Pañá di’ai esa montura pa que me ensillés el macho que yo ya me voy pa’onde Pacho, que ese sí es hombre derecho, de remolino en el pecho y tizón de guasca dura. ¿Vos? Vos ya estás es muy traquiao, ya ni me das la medida, Sacás la vela prendida y a’i mesmo agacha el pabilo. Más fácil se para un hilo en medio de un ventarrón. Vos ya no servís bolsón ni pa un mal pensamiento, mantenés más desaliento que gelatina en el sol. Remendame los brasieles y las enaguas floriadas, que estas jundas arrugadas nu estén pu’ai en los rincones. ¡Ah!, y estas mechas de calzones también me las remendás y enseguida te me vas ya mesmo por el mercao. Y si es que ya tás pelao, ¡amorzá con el di atrás!