Admiro la fe de los creyentes en esas historias sobre ese señor barbudo y tal. Pero lo que realmente admiro sobre todo es su fe en si mismo, no tanto el objeto de su fe. Para mi el objeto de la fe es secundario, lo importante es la fe en si mismo. Yo tengo fe (quizás menos de lo que me gustaría) y eso que no creo en ese señor divino y esos cuentos religiosos. Admiro su fe, sin embargo me parece aun más sorprendente su capacidad de creer en cosas tan imaginarias e irreales. Nietzsche ya lo dijo bastante claramente: "allí donde vosotros veis cosas divinas, yo veo cosas humanas". Pero que me pregunto es si sería posible que se mantuviera su fe quitando toda la parafernalia del señor barbudo y la otra vida. Aunque es totalmente admirable todas las verdades sobre la vida y nosotros que salen de la boca de un creyente. En ese sentido las religiones son totalmente necesarias. Un mundo perfecto sería aquel en el que la filosofía de los creyentes se mantuviera pero quitando el lado divino e imaginario de todo ello. ¿Acaso no es posible eso?