A pesar de su agudo control de la propia imagen en vida y de las instrucciones para su tumba e imagen en la muerte, Enrique VIII permanece en una bóveda 'temporal' bajo el coro en la Capilla de San Jorge en el castillo de Windsor en compañía de su tercera reina, Jane Seymour; y también del cuerpo del decapitado rey Carlos I y uno de los trágicamente efímeros hijos de la reina Ana Estuardo. La cámara está marcada simplemente por una losa de mármol negro colocada allí casi 300 años después por orden de Guillermo IV, su descripción funcional es lo único que nos alerta de su presencia debajo.
En este video se relatan los planes que tenía Enrique para su tumba, el funeral del monarca, cómo lucía su bóveda cuando fue abierta en el siglo XIX y dónde quedaron algunos de los materiales que eran parte de tal diseño.
7 мар 2022