Gracias a una amiga que hoy me habló de III EDICION, fui a la web y me he inscrito. Soy madre de 8 hijos y por enfermedad tuve que dejar de trabajar cuando la peque no tenía un año. Nadie a mi alrededor se dio cuenta de lo mal que estaba, sólo un amigo sacerdote al que llamé, captó que algo no iba bien, y sólo me escuchó por teléfono, no reconociéndose. Llamó a mi marido, yo me fui a casa y fuimos a Pamplona donde un equipo de médicos y enfermeras me esperaban. Todo el día de pruebas de todo tipo... y allí me quedé ingresada. Han pasado casi 18 años desde aquello. He participado en el Colegio como madre encargada de más de un curso. Los viernes invitaba a las madres una a una para charlar de la vida, sus hijos ,los profesores y di Cursos de Educación de los hijos de 0 a 3 años, mediante casos prácticos los sábados. Ahora mis hijos son todos adultos: Juan 30 y Maria 29, los dos mayores se casaron el año pasado , uno en abril y ella en octubre. Carmen, 27 opositando, Cecilia 24 termina el año que viene Ingeniería, tras cursar 3 años de Telecomunicaciones, Gabriela y Mar, gemelas de 22 años, una ha terminado este año y Mar el que viene. Lourdes de 20 que acabará ADE, ( una crack)y Ana de 18 que ha comenzado la Universidad. Todos hacen deporte desde pequeñitos porque soy una aficionada a los distintos deportes y lesiones (jajaja). Por fin Juanma , padre y marido. Estoy encantada con este curo y menos mal que es on line si no no podría hacerlo. Nuestro próximo paso es que vendrá en unos días, un conciliador familiar, que nos conoce a todos.
Muchas gracias Nieves por tu resumen a la luz de la parabola del Hijo prodigo, porque la verdad que ha sido una alegría escucharte y poder reflexionar.
Gracias Nieves, por todo cuanto nos hablas, es verdad que cada día aprendemos algo nuevo, siempre para mejorar hacia los demás, en este caso hacia los hijos.
Hermosa, Nieves, tu aplicación de la parábola a nuestro hijos. Un hijo es una bendición, un don de Dios. Se lo ama porque es hijo, se lo ama incondicional y desinteresadamente, se lo ama antes de haber hecho nada para merecerlo, antes de saber hablar o pensar, incluso antes de venir al mundo. Es innato, no hay que hacer nada para que ocurra. Simplemente cuando nace un hijo nos enamoramos de él, independientemente de como sea. Por eso, hay que recibir a los hijos con alegría, confiando en la Paternidad divina que no nos abandona nunca, porque también nos ama incondicionalmente. Afectuosamente, desde la ciudad de Santa Lucía, en los faldeos de los Andes, San Juan de Cuyo, Argentina.
Muchas gracias Nieves, por tu mensaje ; que acoge todos los sentimientos de quién pueda encontrarse en esa situación y dar una esperanza de acompañamiento y de que se puede!!! Que bellas tus palabras todas las razones son verdad, y aceptar esa equivocación y decisión del hijo o a la hija Que bello!!!!
Oh!. Es muy duro pensar en la hija que no está, y que tú mismo diste permiso para que se vaya lejos y el hijo que no quiere emprender el vuelo a pesar de tener muchos años bya.
Gracias Nieves, me has hecho reflexionar sobre el sentido del verdadero amor a los hijos y cómo resolver situaciones complejas en nuestra relación con ellos.