Con todo respeto, pero les falta entregarse a la danza. Esta expresión es emocional, ritual, sexual, el danzante debe saber sentir cada nota, cada paso, necesitan soltar el cuerpo, hacer saber a la naturaleza y a su entorno que se entregan con pasión, con erotismo. Los pasos, la cadencia, el ritmo deben concatenarse perfectamente con la música; es decir músico y danzante se vuelven uno solo, porque en esta presentación, cada danzante va por donde mejor le parece, ni siquiera entienden las ordenanzas de la música. A los danzantes Yalaltecos son a los únicos que les he encontrado esa cualidad.