Todos enfrentamos batallas en la vida de un momento a otro. Pero nuestro propio esfuerzo resulta en vano muchas veces. Kenneth Copeland nos revela cómo puedes obtener la victoria, y por qué Dios quiere estar a cargo de tu batalla.
Gracias A tí mi señor Jesús de nazaret, qué respaldas vuestras palabras aleluya gloria a Dios él gigante alfarero vuestro creador aleluya aleluya aleluya te alabamos señor Jesucristo tú espíritu Santo está a vuestro favor y OS mantiene a sus órdenes cómo tus sueños soldados,,, y os mantiene de buenas pará mejoras aleluya tú espíritu Santo dé Dios os mantienes con tú verdad y seguridad y tú paz con tú amor en verdad genuinos OS mantienes pará tú servicio amén
Amén amén amén las palabras que yo hablo son espíritu y son vida diablo miserable está derrotado tú no tienes poder sobre nuestras vidas en el nombre de Jesús hemos sido más que vencedores en Cristo Jesús ya porque las palabras que hablamos son poder y autoridad vida vida en vez de la derrota prosperidad en vez de miseria andancia riqueza Aleluya Amén
SINO OS ARREPENTÍS TODOS perecereis igualmente, porque el reino de Dios no consiste en comidas y bebidas, en confesión, ni en declaración, SINO EN JUSTICIA PAZ Y GOZO, EN ESPÍRITU SANTO!! SINO NACEIS DE NUEVO, NO PODÉIS ENTRAR EN EL REINO DE DIOS!! Y así como no hiciste nada ni pudiste ayudar en tú nacimiento físico, no podrá pujar ni ayudar en tu nacimiento espiritual, es el Señor el q da el Espíritu.
Gloria a Dios, NO ES MÍA LA GUERRA ES DE DIOS, yo la declaro, la digo con Fe con mi boca porque Dios vive en mi y todo debe suceder, Dios el único Dios victorioso, yo escojo creerle a la palabra de Dios, Yo alabo al Dios Altísimo CON MI BOCA Y A ÉL LE AGRADA. SANTO, SANTO, SANTO ES EL SEÑOR Y DIGNO DE TODA MI ALABANZA Y ADORACIÓN.