Y a ver cómo te cuento Lo que por ti siento Sin ponerle un nombre. Llamémoslo la ciencia De las incoherencias Que sostiene al hombre. Llamémoslo deseo, Llamémoslo pecado, Llamémoslo ceguera, Luz y claridad. Puedes llamarlo a gritos O le puedes susurrar. Llámalo guerra; Llámalo paz. Y también se llama arrojo Se llama miedo Se llama tiempo. Y también se llama besos De flor y espina A fuego lento. A fuego lento. A fuego lento. Y también Se llama sed; Se llama agua; Se llama calma; Se llama espera; Se llama huida. O más bien Se llama culpa Se llama excusa Se llama humor Y se llama herida De las que jamás se olvida. Yo prefiero No ponerle nombre A lo que no tiene. Pues en él se esconde Lo que nos mantiene Juntos y revueltos Al pie del cañón. En tus brazos yo me siento libre Siendo un prisionero. Y aunque me des vida Siento que me muero. ¿Qué es esto del amor? Qué cruel contradicción Que me tienes desquiciado el corazón Pero te quiero.