Dios les bendiga.
Cada individuo puede responder al llamado de seguir a Jesús de manera personal y transformadora.
En estos versículos en Juan 1:41-42, vemos cómo Andrés, al encontrar a Jesús como el Mesías, no guarda esa experiencia para sí mismo, sino que va y busca a su hermano Simón para compartirle la buena nueva. Andrés actúa como un verdadero discípulo al involucrar a otros en el descubrimiento de Cristo.
Del mismo modo, cuando Jesús encuentra a Simón, le da un nuevo nombre, Pedro, simbolizando su futuro papel como una roca firme en la iglesia de Cristo. Este acto de Jesús muestra cómo Él ve el potencial y el propósito únicos en cada individuo.
Una generación auténtica, sería aquella que:
Reconoce a Jesús como el Mesías: Como Andrés, cada persona en esta generación busca sinceramente a Jesús y lo reconoce como el Salvador y Señor.
Comparte la buena nueva: Como Andrés llamó a Simón, esta generación no solo experimenta personalmente el encuentro con Cristo, sino que también busca activamente compartir este mensaje transformador con otros.
Abraza la identidad en Cristo: Como Simón fue renombrado como Pedro, cada individuo en esta generación auténtica acepta y abraza su identidad en Cristo. Reconocen que son amados, perdonados y llamados por Dios para cumplir un propósito significativo en su obra.
Impacta el mundo: Esta generación no solo se limita a experiencias personales, sino que busca impactar y transformar su entorno con el amor y el poder de Cristo. Como Pedro se convirtió en una figura central en el movimiento cristiano primitivo, cada persona en esta generación busca ser una luz y un testimonio efectivo en su comunidad y más allá.
En resumen, una generación auténtica, inspirada en esta predica, se caracteriza por un encuentro genuino con Cristo, un compromiso activo de compartir ese encuentro con otros, y una aceptación profunda de la identidad y el propósito en Cristo, impactando así de manera significativa el mundo que les rodea.
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19 апр 2024
