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1917: Es un artista de proporciones casi mitológicas para la cultura latina. Galán de cine, cantante, icono de una época y rompecorazones en la vida real: estas pueden ser varias de las características atribuidas a Pedro Infante, la leyenda mexicana que para inmortalizar su historia murió en un trágico accidente aéreo un 15 de abril de 1957, cuando apenas tenía 39 años y una carrera de más de 60 películas y 314 canciones grabadas en compañía de grandes como el Mariachi Vargas de Tecalitlán y el Trío Calaveras.
Del originario de Mazatlán, Sinaloa se ha dicho mucho que hoy en Línea de Tiempo, te contaremos con lujos de detalles, desde sus inicios hasta las teorías de que no falleció aquel día. Sí, hemos recuperado esos datos escondidos que nos muestran la faceta b de quien está considerado por la revista Forbes como uno de los artistas que, aún después de muerto, más dinero reditúa a sus familiares.
Pedro Infante Cruz nació el 18 de noviembre de 1917, bajo el seno de una familia muy humilde. Sus padres fueron Delfino Infante García, dedicado a la enseñanza de la música y, doña Refugio Cruz Aranda. Si bien nació en Mazatlán se educó en Guamúchil, donde estudió hasta el 4to año de primaria pues como era un pueblo bastante precario, no había más grados.
Así como escucharon, los padres veían muy lejano que en la escuela se aperturaran los demás grados y los enviaron a trabajar. Uno de esos tantos oficios que aprendió fue la “carpintería” y donde pudo hacerse su primera guitarra.
1934: Para estas fechas, Pedro Infante era todo un ‘rompecorazones’, se decía que había andado en amores con una practicante para profesora, hasta que se dio su primer ‘ruido’ personal: se convirtió en padre de Guadalupe Infante López, producto del romance que sostuvo con Guadalupe López, una joven muy humilde, cuya madre trabajaba en el hogar de la familia del artista.
Este romance fue revelado tiempo después del fallecimiento del cantante, y Guadalupe, nunca fue reconocida por los hermanos de él. Tampoco peleó por la herencia y prefirió alejarse de los reflectores para llevar una vida de bajo perfil.
Sí, cuando ya tenía a la pequeña Lupita, una visita la casa de su hermana en Culiacán le cambiaría el rumbo de su vida, pues conoce a quien se convertiría en su primera y a la postre, única y legítima esposa, María Luisa León Rosas, pero llevar su relación no fue nada fácil, pues los padres de ella no veían con buenos ojos a Pedro quien no pertenecía a su clase social y, además, era 8 años menor.
En ese entonces, el mexicano ya tenía un modesto reconocimiento como cantante en Sinaloa y en Culiacán estaba abriéndose un espacio tocando guitarra, batería y violín en la famosa orquesta Estrella y en la radiodifusora local XEBS, donde su nombre empieza a sonar con mayor fuerza. Ahí, le pagaban dos pesos por una hora.
María Luisa estaba convencida que Pedro tenía un enorme potencial y, lo convenció para que se mudaran a México, donde finalmente contraen matrimonio civil el 19 de junio de 1939. Un hecho que para muchos podría considerarse la mejor etapa de su vida, pero que se convertiría en el abismo a su muerte.
1943: Volviendo a sus inicios en México, Pedro empezó a cantar con una que otra agrupación, mientras sorteaba sus papeles de extra en algunos filmes. Uno de ellos fue en la película “En un burro tres baturros” de 1939; pero, cuatro años más tarde llegaría la oportunidad de su vida a manos de Discos Peerless con su primera grabación titulada: El Soldado Raso.
Otras fuentes dicen que la primera canción que grabó fue el vals Mañana, que pasó sin pena ni gloria, pero, no fue todo para Pedro, también en este año obtuvo su primer papel importante en la película La Feria de las Flores de 1943.
En ese mismo año, el director cinematográfico que encumbró el cine de oro en México, Ismael Rodríguez, ayudó a que su carrera artística tomara un rumbo más importante, al realizar junto a él una serie de películas que lo llevaron a convertirlo en un ícono de la época. En una entrevista inédita, el mismo Pedro confirma que no hubiera podido lograr nada sin su ayuda.
Sí, el cineasta lo conectó irreparablemente con el pueblo mexicano a través de personajes peculiares como en Mexicanos al grito de guerra (1943), Escándalo de estrellas (1944) y el rebelde Agapito Treviño, una especie de Robin Hood mexicano, en Cuando lloran los valientes de 1945.
Su carrera de Pedro iba viento en popa y se perfila como uno de los grandes, según Ismael, el mexicano nunca perdió la brújula del éxito, incluso cuando actuó al lado de Jorge Negrete en la cinta “Dos tipos de cuidado”. La anécdota cuenta que el artista decía: “yo, chaparro; Negrete, más alto que yo. Él cadete, habla tres idiomas; yo, mi mujer me enseñó a escribir cuando nos casamos. Él vocerrón que tiene, yo, méndigo chisguetito”. #biografíamusical
21 апр 2021
