En la muestra, comisariada por Camilo José Cela Conde y Juan García Sandoval se pueden contemplar una selección de documentos e imágenes que visualmente simbolizan los ingeniosos y fructíferos hilos que los unían en esos años de relación, el recuerdo de momentos que vivieron con deliciosa complicidad, y dieron lugar a varias colaboraciones y proyectos en común que hoy ya son patrimonio universal.
“La exposición destaca los dibujos a ceras de colores sobre papel dedicadas por Picasso a CJC, Charo y familia el 11 de mayo de 1961, constituyen, por un lado, un recuerdo artístico personal y, al mismo tiempo, son testigos del encuentro y la convivencia entre el genio y la naturaleza humana, de sus protagonistas, sin duda son señales de afecto. Las ceras, espléndidos ejemplares de la obra artística de Picasso de aquellos años, son trabajos en papel, personales, con imágenes más espontáneas, caracterizados por la proverbial frescura de Picasso y, en muchos sentidos, representativos de la extrema naturalidad y libertad expresiva lograda por el maestro en el último período…”, señala con rotundidad García Sandoval.
En palabras de Cela Conde, “… se parte del instante en que comenzó ese encuentro fértil, en agosto de 1958. En la muestra aparecen algunos detalles casi inimaginables acerca de la manera como transcurrió la colaboración posterior. Pero ¿hay que fiarse de la memoria, de los testimonios de la coincidencia entre Picasso y Cela para dar por bueno lo sucedido entonces? Exijamos, en pleno fervor científico, algo más. ¿Cabe hablar de pruebas empíricas de los valores compartidos por el escritor y el pintor? Sí, contamos con ellas. Picasso y Cela publicaron al alimón hasta cuatro volúmenes: el de homenaje al pintor aparecido en abril de 1960, el libro Trozo de piel de agosto del mismo año, el de Dibujos y escritos de abril de 1961 y, por fin, la obra maestra de las vidas paralelas y sus valores compartidos: Gavilla de fábulas sin amor, que vería la luz en mayo de 1962.”
28 сен 2024
