Era el verano de 1984 un nuevo juego probaba suerte en el Parque Rodó, y este era uno de esos pesos pesados que llegaban pisando fuerte para quedarse por años en el lugar, más cuando esta nueva atracción ocuparía un lugar más que privilegiado del Parque Rodó, el lugar hasta ese entonces vacío dejado años antes por el Ciclón Fantasma, que había en la explanada junto al Rumy, justo frente a la rambla, para hacerle compañía al juego Mambo instalado hacia poco.
En ese lugar había estado muchísimos años antes el juego “Aviones”, La Montaña Rusa, la Pista Súper Indianápolis y en épocas recientes había existido ahí el efímero Ciclón Fantasma, y ahora el espacio estaba libre y esperando nuevo dueño. El juego nuevo sin dudas marcaría un antes y un después, era como se suponía, herencia del ItalPark ya que fue instalado uno igual ahí, y un gemelo llegó para el Uruguay.
La atracción era fabricada por la firma italiana Soriani & Moser y esta empresa denominaba a su producto como “Polyp” aunque también se lo llama en ocasiones en algunos parques de diversiones como “Piovra” haciendo alusión en todos los casos a la palabra en español “Pulpo”. Según la denominación de la propia fabricante, esta máquina era “El Piovra es un clásico de los parques de diversiones con cinco brazos y 40 asientos que ha sido popular entre los asistentes al carnaval año tras año. Los giros de Piovra y los cambios en las alturas ofrecen un viaje placenteramente suave que brinda a los pasajeros una sensación de mariposas en el estómago. Este paseo tipo pulpo es adecuado para casi todos”
Más que mariposas en el estómago, lo que causaba esta aberración mecánica eran náuseas y gana de vomitar… pero eso quedaría feo como propaganda del fabricante… El poco simpático elemento, contaba entonces como explica su fabricante, con 5 brazos mecánicos los que cargaban a 20 vehículos que eran una especie de peces o algo así, ya que todos contaban con rostros y expresiones poco felices al igual que quien capitaneaba la aventura, que era un enorme pulpo con cara de pocos amigos ubicado en el centro del juego, donde se ubicaban los motores, y sistemas varios de la atracción. Era un juego sumamente novedoso y llamativo, y causaba espanto solo de verlo, un gigantesco pulpo furioso revoleando sus horrendos tentáculos y haciendo volver locos a los pasajeros hasta dejarlos mareados. A no confundir este juego, con el otro Pulpo que para este entonces ya hacía años había dejado de existir, y que al lado de este, el pulpo viejo parecía algo insignificante, pero es bueno explicar que hubieron dos juegos que se llamaban iguales, y que básicamente eran lo mismo, solo que el primer pulpo, fue algo mucho más rustico mientras que este era una pieza mecánica avanzada.
Los 5 tentáculos del monstruo marino estaban forrados de luces, cada tentáculo en su extremo contaba a su vez con 3 carritos para 2 personas cada uno, sumando una capacidad máxima de 40 pasajeros por vuelta, la misma duraba más o menos unos 4 minutos. El juego al estar detenido bajaba sus tentáculos al piso y los carritos quedaban al ras del suelo, cuando la atracción entraba en acción, los carritos empezaban primero a girar sobre el eje de cada tentáculo, luego toda la estructura comenzaba a girar lentamente y los brazos subían y bajaban haciendo que los carritos pasaran por debajo de los mismos y haciendo que se perdiera la visión de estabilidad a los pasajeros, ya que los movimientos de giro, sumados a los movimientos del tentáculo en varias direcciones causaba unos mareos terribles. Los boletos del juego decían “Mengot y Fuster”, en alusión a dos de las familias que además de los Zanon, se encargaban de los juegos del Parque Rodó como la Pista del 8 por ejemplo.
El Pulpo gozo siempre de importante nivel de público, se convirtió en una atracción icónica además, era la cara visible del Parque Rodó porque llegando desde la rambla, lo primero que se divisaba en la explanada de juegos, era El Pulpo, más cuando no solo el modelo del animal estaba excelentemente bien logrado, sino además, el fabricante no escatimó en gastos en cuanto a lucecitas para adornar la atracción respondía, y los tentáculos estaban totalmente plagados de ellas, haciendo juegos y cambios constantemente, dándole al juego una notoriedad única, además, como estaba más bien orientado para jóvenes, su renado de terror duró muchísimos años.
30 сен 2024