El racismo es evidente o es oculto. Se manifiesta en gritos y en insultos en las calles y también en las palabras cotidianas sin que a veces lo notemos. El clasismo, que ha sabido también camuflarse y persistir en nuestra cotidianidad, nos lleva a mirar al otro por encima del hombro. Pretende decir que tener más es ser más. El racismo y el clasismo nos dividen en unos que merecen todo por un derecho perpetuo y otros que no merecen nada y si exigen sus derechos son tildados de “igualados”. Usar esta palabra como insulto refleja mucho el problema de fondo.
6 сен 2024