Tuve el previlegio de estar una vez más en un concierto de Raphael, es tan increíble, me emociona cada vez que lo escucho, quedo sin palabras, todos a mi alrededor gritan, aplauden, se paran de sus asientos, yo, lo único que hago es escucharlo como canta sin moverme de mi asiento. Siempre en primera fila, gracias a mi hijo, que me regala las entradas siempre. Un maravilloso cantante, admiro su temple, caballerosidad, y dedicación a su público.
Raphael tiene un áurea de magia que lo envuelve y lo hace único. Convierte en oro todo aquello que canta e interpreta. Me alegro infinito que Chile lo haya disfrutado. Todo el mundo tenemos algo en común: un artistazo llamado Raphael.