Con algo de temor vuelvo a la ciudad donde perdí la mitad de las maletas de mi motocicleta hace unos meses, esta vez acompañado de un motoviajero que me invita a su tienda, cuento a detalle lo que sucedió y sigo camino a Miramar de Ansenuza, que lo veo como un premio por haber regresado al lugar que me quito y me dio tanto al mismo tiempo.
En Miramar aparece en esta historia Eduardo y su familia, que me regalan días hermosos, llenos de descanso, aprendizajes y charlas de esas que llenan el corazón.
Gracias porque por personas como las que aquí aparecen esto es mucho mas que un viaje en moto, es la suma de historias, estilos de vida y momentos únicos con personas que le pido a Dios volver a cruzar. Gracias
14 окт 2024