Alguna vez habéis visto a Rodrigo Rato en un partido de baloncesto? No pega ni con cola, verdad? Pues en la final de Lituania 2011 se tragó el sentido del ridículo, se puso un banderín en el cuello y acudió a animar a la selección (y de paso a darnos un discursito sobre el esfuerzo y sobre Bankia). Eso de asociar tu imagen a los deportistas ya está muy visto (véase Emilio Botín-Fórmula 1). Los banqueros y los peperos no pueden ya lavar su imagen ni, por supuesto, darnos lecciones sobre el esfuerzo. Cada vez hay más españoles que se han quitado la venda de los ojos. No cuela, Rato.
20 окт 2024