Ante la tibieza con que fue acogida, Sorozábal se quejó y hasta dijo que en otros países de Europa la obra hubiera sido un gran éxito como opereta; probablemente el estereotipo del costumbrismo al que ya se estaba aferrándose la zarzuela (y su público) en su última etapa jugó en su contra. La Ucrania de Katiuska era tolerable y la obra brilló, pero la Polinesia quedaba demasiado lejos, y lógicamente, las antologías de la zarzuela a lo Tamayo de la segunda mitad del siglo XX (y que aún colean) no iban a ofrecer números cargados de exotismo (ni números de zarzuelas ambientadas en el Oeste americano, en Túnez o en Inglaterra). ... ¡Y qué juego a nivel escénico daría "La isla de las perlas" con los medios de hoy en día!
Sólo estas dos romanzas demuestran lo bella que es esta obra. Sorozábal siempre quiso volverla a rescatar, se conoce incluso que unos años antes de morir, incluyo a otro libretista para arreglarla, pero no terminó de cuajar. Lo más curioso es que a parte de que en sus memorias indicara el influjo del cine, ya que nombra a la película "Tabú"(Murnau, 1931), creo que también tuvo que influir lo que vio en Alemania, puesto que en 1931 Paul Abraham había estrenado la opereta "Die Blume von Hawaii", la cual estaba ambientada en esas islas (y hablaba de la última reina de dichas islas), que fue un éxito en Alemania, y casualmente llegó a España en el mismo año que "La Isla de las perlas", en 1933. Con todo esto, creo que Sorozábal quiso llevar inquietudes, novedades y actualizaciones, que lo hicieron convertirse en un islote entre tanta ventisca de los años 30 (lo digo porque nunca se casó ni con las vanguardias, ni con los rancios de la vieja guardia), tratando de llevar al pueblo llano la modernidad, la cultura y los temas interesantes, cosa que muy pocos autores hicieron. Eso sí, siempre me he preguntado, si pudo grabar casi todo su catálogo con Hispavox. ¿Por qué no incluyó esta hermosa obra que tanta estima le tenía? Eso ya, nunca lo sabremos, ojalá alguien la rescate pronto. Felices pascuas y perdón por esta perorata
¡Felices Pascuas y gracias por tan sabroso comentario! Aún teniendo en cuenta la idea, tan del siglo XX, de que los adelantos técnicos en cuestión de sonido iban dejando fuera de juego a las grabaciones anteriores, me cuesta entender esa insistencia de Sorozábal con obras como "Katiuska", "La del manojo de rosas" o "La tabernera del puerto" en los estudios de grabación y no pensar en grabar otro repertorio. Hay datos que apuntan a que tanto Sorozábal como Moreno Torroba fueron tan víctimas como cómplices en la reducción de la zarzuela, empezando por no permitir que otras compañías, más allá de las controladas por ellos, representaran determinadas obras de ambos cuando el género entró en un declive irreversible (en los años cuarenta resonaba ya un "sálvese el que pueda").
@@zarzuelaoro seguramente a la hora de negociar los contratos de grabación, siempre le encasquetaban las obras más populares (ya decía él que fueron tres mujeres las que le dieron de vivir, aludiendo a esas tres zarzuelas), a lo que también tuvo que hacer otras grabaciones seguramente por obligación (hay una verbena de la paloma y una gran vía dirigidas por él), pero seguro que pudo aprovechar y como contrapartida poder grabar algunas obras que él decidiera (por eso escogió las de posguerra, que fueron brillantes en lo artístico peo de rendimientos económicos desiguales). En el caso de ser ellos (Sorozábal y Torroba) tanto victimas como verdugos del género, hay que hablar de dos casos diferentes, porque Sorozábal (en sus memorias lo refleja) habla tanto de la desaparición de la poca cultura musical, como su limitación creativa al estar cercado por todo el aparato político y represivo del régimen, cosa que en el caso de Torroba no, ya que él fue uno de sus más acérrimos enemigos (y el cual le boicoteo el estreno de "La Tabernera del puerto" en el teatro de la zarzuela en 1939), teniendo la protección del régimen (tanto en la monarquía, como en la república, como en la dictadura supo a quién arrimarse y mover los hilos), ostentando cargos (académico de la Real Academia de Bellas Artes), y se puede comprobar en su catálogo, el cual continua siendo grande pero con unos pocos títulos que sean importantes (a la vista está que llegó a estrenar obras en los años 60 y no pasaron a formar parte del repertorio, y sólo en forma de fragmentos). Además, Sorozábal odiaba ser empresario, cosa que tuvo que hacer a regañadientes en su gira por Sudamérica (con el pretexto del estreno fraudulento por parte del maestro Penella de "La del manojo de rosas" en Buenos Aires durante la guerra civil) y que le ayudó a coger algo de experiencia, cosa que en el caso de Torroba sí se metió en faena varias veces (cruzando el charco y dirigiendo compañías a diestro siniestro). En resumen, que Sorozábal sabía que sus obras eran estrenadas en muchos sitios de España, y le aportaba buen rédito y Torroba también, pero que los gustos del público, la mala gestión musical de los jerarcas del régimen franquista y demás, fueron la estocada mortal que mataron al género. Se podría decir con tristeza aquello de: "entre todos la mataron y ella sola se murió" (¿o tal vez no?) Perdón por este largo panegírico y espero que pases una buena entrada de año.
@@Hashiri Son puntualizaciones oportunísimas. De Moreno Torroba me llama mucho la atención que fuera capaz "de nadar en todas las aguas" con protagonismo. Durante la Dictadura de Primo de Rivera formó parte del equipo que sacó adelante del proyecto del Teatro Lírico Nacional en el Teatro de la Zarzuela, durante la II República dirigió el proyecto del Teatro Calderón de Madrid como Teatro Lírico Nacional, y durante el franquismo siguió haciendo y deshaciendo en la zarzuela. Y cuánto artista, director de orquesta, director de escena... tuvo que pasar al ostracismo tras la Guerra Civil... El asunto es de estudio... ¡Buena entrada en el 2024!
