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Hasta el momento de la Caída, Adán, el primer sacerdote, mantenía una relación cercana con Dios en el Jardín del Edén, en adoratio. Siendo la raíz de la palabra “adoración”, adoratio significa estar “cara a cara” y describe la vocación de un sacerdote, esto es, vivir en comunión con Dios e interceder por el pueblo a través de los sacrificios. En virtud de nuestro bautismo también estamos llamados a ser sacerdotes, no necesariamente para recibir el orden sacerdotal sino, más bien, para vivir en comunión con Dios y esforzarnos por acercar a otros a Dios a través de nuestros sacrificios de amor.
15 сен 2024