La palabra gaztelugatxe proviene del euskera gaztelu, "castillo" y atx, "peña", es decir, "peña del castillo". La palabra atx y sus variantes fonológicas son habitualmente usadas como sufijo o prefijo en euskera vizcaíno para denominar a montes y peñas: Aketx, Murgoatx, Karatxa, Atxulo, Axpe...
Documentalmente en el siglo XI (1053) la ermita se llamaba Sancti Johannis de Castiello (San Juan del Castillo), en la carta de donación que de ella hicieron Íñigo López, señor de Vizcaya, y su mujer Toda Ortiz a los monjes del Monasterio de San Juan de la Peña (Jaca, Huesca, Aragón), quedando bajo su protección y dominio, cuna de la Corona de Aragón.
A la tradición de subir y tocar tres veces la campana para pedir un deseo o ahuyentar a los malos espíritus se unen otras más. Los barcos de pesca bermeanos cuando salen a faenar suelen realizar varios giros a babor y estribor para que el santo les de suerte. Las mujeres que sufren algún problema relacionado con la fertilidad suelen acudir a este lugar en la creencia que el Santo les ayudará a solventar dicho problema. A los huecos de las escaleras, identificados como las huellas de San Juan, se les otorga diferentes poderes curativos, para beneficiarse de los mismos hay que meter los pies en ellos buscando que curen los callos o se dejan sombreros, pañuelos o chapelas para curar el dolor de cabeza.
La tradición cuenta que San Juan Bautista llegó a tocar tierra en este punto de la costa vasca dejando sus huellas marcadas en la roca en cuatro lugares diferentes: en el arco de San Juan en el propio casco urbano de Bermeo, junto al caserío Itsasalde, en el alto de Burgoa y finalmente junto al caserío de Ermua, está colocada en 1982. Cuenta también que en las cuevas del peñón la inquisición encerraba a los acusados de brujería.
4 окт 2024