Santa Gemma Galgani nació el doce de marzo de mil ochocientos setenta y ocho, en una pequeña aldea llamada Camigliano, ubicada en la provincia de Lucca, en Italia. Desde muy joven, su vida estuvo marcada por una sensibilidad espiritual inusual. Mientras que la mayoría de los niños de su edad estaban interesados en jugar y correr por los campos, Gemma ya mostraba una inclinación profunda hacia la oración y la introspección.
Solía pasar largos periodos en silencio, con las manos juntas, mirando al cielo, como si ya estuviera en comunión con lo que la mayoría de las personas solo encuentran después de años de maduración espiritual. Sus padres, profundamente religiosos, notaron pronto esta inclinación espiritual en su hija.
Gemma era la quinta de ocho hijos, y su madre, Aurelia, desempeñó un papel crucial en su formación de fe. Aurelia era una mujer piadosa que se aseguraba de rezar con sus hijos diariamente y enseñarles sobre el amor a Dios y a la Virgen María. Para Gemma, su madre era más que una simple fuente de afecto; era la personificación de la devoción, un ejemplo de cómo vivir una vida de fe en medio de las dificultades cotidianas.
8 окт 2024