Una de las canciones más emblemáticas de Silvio. Compuesta en el viaje que hizo en 1969 a bordo del barco de la Flota Cubana de Pesca cuyo nombre le da título a la canción -en honor al lugar donde USA sufrió la primera derrota en Latinoamérica-, y dedicada a esos anónimos pescadores que trabajan arduamente, día y noche, bajo las inclemencias del océano Atlántico para llevar sustento y algo de divisas al pueblo cubano, y con los que Silvio compartió poco más de cuatro meses en altamar por las costas de África.
La canción está estructurada en 3 partes, que abarcan las disciplinas que Silvio consideraba indispensables en el quehacer artístico de un trovador: la poesía, la música y la historia. En cada una de ellas Silvio se dirige al grupo que las representa, poetas, músicos e historiadores. Silvio siempre ha sostenido que la historia es primordial y sustancial en toda obra de arte, es la causa y la raíz, porque al fin y al cabo todos nosotros estamos hechos de la historia, hasta el cómo nos amarramos los cordones de los zapatos.
27 авг 2024