La biblioteca pública Oodi, en Helsinki, es un ágora abierta en la capital de Finlandia donde los visitantes disfrutan de aparatos tecnológicos de manera gratuita. En ella se realizan las tareas básicas de este tipo de edificios públicos adaptadas a la tecnología del siglo XXI y otras funciones poco habituales: desde el préstamo de libros automatizados hasta la impresión digital de juguetes en 3D.
La biblioteca central de Finlandia fue presupuestada y diseñada a partir de procesos de participación ciudadana, recabando más de 2.000 sugerencias e ideas. Esta idea de ser creada por y para los finlandeses se plasma en la programación de la biblioteca. En ella se celebran periódicamente debates políticos y sociales que afectan directamente al día a día del usuario como el coronavirus o el cambio climático.
En un país que disfruta de seis horas diarias de sol en invierno, su estructura y reglas de uso ofrecen calidez frente a las inclemencias climáticas y anímicas. En lugar de invitar a guardar silencio, la biblioteca está abierta a la conversación, convirtiéndose en un espacio para combatir la alta tasa de suicidio del país.
Oodi fue inaugurada en 2018 con motivo del centenario de la independencia de Rusia. Parte de su financiación provino del OmaStadi, el presupuesto participativo puesto en marcha por la ciudad de Helsinki en 2018 y que cada año dispone de 4,4 millones de euros para desarrollar las ideas de sus residentes. El resto corrió a cargo de fondos estatales.
Un faro para las bibliotecas europeas y mundiales que se ha convertido según sus usuarios en “lo mejor que tiene Helsinki” por la cantidad y calidad de los recursos tecnológicos y su alabada arquitectura.
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2 янв 2022
