Esta historia empieza con Carlos Emilio Montañès (1877-1974). Tenía un proyecto muy loco que requería una gran inversión: Barcelona tenía que convertirse en un espacio comercial y de servicios y el Vallés se quedaría como zona industrial.
La clave era la producción en masa de electricidad para en grandes cantidades para generar la energía eléctrica necesaria para abastecer todo el proyecto.
Contactó con su personaje clave: el estadounidense Frederick Stark Pearson. Cuando el norteamericano vio tantas chimeneas humeantes, se dio cuenta del potencial enorme del negocio. Él conseguirá que todas aquellas industrias a vapor, en un futuro cercano, funcionaran con electricidad!
Había que generar la suficiente electricidad para que en Barcelona se utilizase en todos los ámbi-tos: en el alumbrado público, el suministro doméstico, en las fábricas, los tranvías, los ferrocarri-les, el metro…y la energía la tomarían del Pallars Jussà, de la una zona cercana a Tremp, en la Vall Fosca, un enclave pirenaico aislado donde había muchos saltos de agua.
…Pero los puestos de trabajo que ofrecerían las obras eran una buena oportunidad para la zona, devastada por la plaga de la filoxera (1900). Francesc Macià en un principio quiso impugnar el acuerdo de Aitona…pero finalmente aceptó.
Las obras en el Pirineo necesitarían por lo menos 3000 operarios… pero el valle solo tenía 1500 vecinos. Vinieron de Lleida, que contaba con 50000 habitantes. Se movilizaron más de 10.000 vecinos. aunque también llegaron hombres de otras partes de Cataluña, de Murcia y Andalucía . Tremp paso de 2000 a 6000 habitantes.
Ingenieros texanos realizaron los primeros mapas topográficos (1911) del área y se tuvieron que producir y transportar miles de toneladas de cemento para la construcción de las presas y centrales.
La empresa entró en quiebra y, para colmo, Pearson murió (1915) junto a su esposa al ser torpedeado el barco Lusitania en el que viajaba de NY hacia Londres. Iba a asistir a la asamblea de accionistas de la empresa donde se iba de decidir desbloquear las obras del Pirineo.
En 1918 se declaró una fuerte epidemia de gripe en el Pirineo entre los trabajadores de la Canadiense y cientos de ellos tuvieron que dejar de trabajar. Dormían hacinados en unas casetas construidas a modo de viviendas. Para aislarlos se construyó el llamado “hospital de cartón”.
Todo empezó en Camarasa (1919), durante la construcción del pantano. Por solidaridad, pararon también los trabajadores de la sede de Barcelona. Los trabajadores estaban envalentonados tras la revolución de los obreros rusos hacía apenas dos años (1917).
Entre febrero y marzo de 1919 se extendió por toda Cataluña. El Gobierno encabezado por el Conde de Romanones decretó el estado de guerra.
La burguesía industrial estaba en shock, dispuesta a impulsar, en último término, un régimen fascista con tal de acabar con la conflictividad sindical, no en vano, en 1923 llegó la dictadura de Miguel Primo de Rivera tras años del pistolerismo.
¡Las manifestaciones que discurrieron por el Paseo San Juan fueron impresionantes!. Tras 44 días de huelga expuso ante 20000 trabajadores y trabajadoras las condiciones pactadas: la readmisión de los despedidos, la limitación del trabajo infantil, la amnistía para los apresados por el conflicto, un aumento de sueldo y, sobre todo, por primera vez en Europa y segunda vez en el mundo… una jornada laboral de 8 horas.
En diciembre de 1919 la federación de la patronal creó los sindicatos libres o amarillos formados por esquiroles, delatores, rompe huelgas y pistoleros cuya misión consistía en dar muerte a los líderes sindicales. Éstas bandas eran pagadas por los patronos. Los sindicatos contraatacaron con más violencia.
En Barcelona, entre 1914 y 1921 el número de obreros asesinados por la patronal ascendió a 523.
El 10 de marzo de 1923, el general Miguel Primo de Ribera, desde el poder central, estableció una dictadura.
En 1924 la sociedad belga Sidro se hizo con “La Canadiense” y absorbió a Energía Eléctrica de Cataluña.
Durante la guerra civil la empresa fue colectivizada y devuelta a sus propietarios tras el conflicto…
El gobierno franquista hizo un simulacro de subasta adjudicándola, /Como no!, a FECSA por 10 millones de pesetas, un precio ridículo. En realidad era un regalo de Franco por los favores que le debía a March quien le ayudó a financiar en el 1936 el golpe contra el gobierno republicano.
Los propietarios belgas, Sidro, presentaron demandas durante años hasta que el Tribunal de la Haya que falló a favor de FECSA. En la sentencia no se ponía en duda que los belgas pudiesen tener razón pero había un problema de forma: el gobierno al que se debía haber interpuesto la denuncia no era Bélgica, sino Canadá, sede de la compañía...
La central eléctrica del Paralelo siguió con su producción hasta 1987 cuando el Ayuntamiento no permitió por más tiempo que las Tres Chimeneas siguiesen contaminando el Paralelo.
23 апр 2021
