¿Hay algo demasiado difícil para el Señor 

¿Hay algo demasiado difícil para el Señor?
Damas y caballeros, hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos reunimos para reflexionar profundamente sobre una pregunta profunda que se plantea en las Sagradas Escrituras: “¿Hay algo demasiado difícil para el Señor?” Esta pregunta, que se encuentra en Génesis 18:14, nos invita a una conversación divina llena de esperanza, tranquilidad y el poder innegable de Dios para cumplir sus promesas, sin importar cuán imposibles puedan parecer nuestras circunstancias.
En Génesis 18, nos encontramos con Abraham y Sara, una pareja fiel que había estado esperando el cumplimiento de la promesa de Dios: un hijo, un heredero. Según los estándares de su tiempo, e incluso los nuestros, se encontraban en una situación que parecía completamente imposible. Abraham tenía 100 años y Sara hacía mucho que había pasado la edad de procrear. Sin embargo, frente a sus dudas e incredulidad, el Señor se les apareció. Es importante entender que Dios no vacila en sus capacidades basándose en las limitaciones humanas.
Cuando el Señor le habló a Abraham y le preguntó: “¿Hay algo demasiado difícil para el Señor?”, no estaba simplemente planteando una pregunta retórica. Estaba invitando a Abraham -y, de hecho, a todos nosotros- a reflexionar sobre la naturaleza ilimitada del poder y la gracia de Dios. Estaba animando a Abraham a confiar en su tiempo divino y su voluntad soberana. Este momento de seguridad divina nos recuerda que nuestro Dios se especializa en lo imposible.
Queridos amigos, no olvidemos que la fe no significa que no enfrentaremos desafíos ni dificultades. Más bien, es la creencia inquebrantable de que, incluso cuando las cosas se ven sombrías, el Señor está trabajando detrás de escena, orquestando cada detalle para nuestro bien y Su gloria. Piense en los momentos de su vida en los que todo parecía perdido. Cuando los susurros de la duda se infiltraron y usted sintió que había llegado al final. Sin embargo, justo cuando pensaba que la esperanza se había ido, el Señor intervino.
A medida que transitamos nuestras vidas, debemos recordar que Dios a menudo usa situaciones difíciles para fortalecer nuestra fe. Él quiere que experimentemos su poder milagroso, no solo en los grandes momentos que cambian la vida, sino también en los pequeños sucesos cotidianos. Con cada respiración que tomes, declara esta verdad: si Dios creó el universo con su palabra, ¡seguramente puede manejar los desafíos que enfrentamos hoy!
Así que, mientras reflexionamos sobre esta pregunta, respondamos con confianza: “No, nada es demasiado difícil para el Señor”. Él escucha nuestras oraciones, ve nuestras luchas y entiende nuestros temores. Él no está distante; camina a nuestro lado. Confiar en Él abre la puerta para que los milagros se manifiesten en nuestras vidas, a menudo de maneras que ni siquiera podemos comenzar a imaginar.
Al cerrar este mensaje, tomemos un momento para reconocer la inmensidad del poder de Dios y la profundidad de su amor. Oremos con nuestro corazón.
Oración del día:
Padre celestial, hoy venimos ante ti, agradecidos por tu fidelidad y poder. Te alabamos por ser el Dios de lo imposible, que ve más allá de nuestras limitaciones y dudas. Ayúdanos a recordar que no hay nada demasiado difícil para ti. Concédenos una fe inquebrantable en tus promesas, aun cuando nuestras circunstancias parezcan sombrías. Llénanos de esperanza y seguridad mientras confiamos en tu plan divino. Que podamos apoyarnos en ti y permitir que tu espíritu nos guíe, recordándonos tu amor inquebrantable. Oramos en el poderoso nombre de Jesús. Amén.
Afirmación basada en Génesis 18:14:
"Creo y declaro que nada es demasiado difícil para el Señor. Confío en su tiempo perfecto y en sus promesas. En cada desafío que enfrente, lo buscaré a Él, sabiendo que es capaz de hacer milagros en mi vida. Mi fe está anclada en la verdad de que Aquel que creó el universo puede manejar cada detalle de mi vida. Hoy, elijo caminar con confianza, creyendo que con Dios, ¡todas las cosas son posibles!"