ADOLFO MEJÍA (Sincé, 1905 - Cartagena de Indias, 1973)
Considerado como una de los más destacados representantes del nacionalismo musical colombiano, Mejía muy joven se residenció en Cartagena de Indias, en donde desarrolló una notable actividad artística. Luego de comenzar sus estudios en esa ciudad, y de vivir unos años en New York, trabajando como guitarrista del Trío Albéniz en varias emisoras y teatros, estudió en el Conservatorio Nacional de Bogotá y laboró como bibliotecario de la Orquesta Sinfónica Nacional. En 1938 ganó el premio Ezequiel Bernal con su más famosa obra, la Pequeña Suite, bellísima página de rica y colorida orquestación, donde presenta varios aires típicos de la regiones andina y caribeña -bambuco, torbellino y cumbia-. Gracias a ella ganó una beca que lo llevó a París, donde fue discípulo de Nadia Boulanger y Charles Koechlin; esta formación fue interrumpida por la Segunda Guerra Mundial, por lo que se vio obligado a volver a Colombia. Además de la mencionada, son también importantes ejemplos de su obra orquestal y música para banda y concertante, América, Íntima, Homenajes, Preludio para La Tercera Salida de Don Quijote y Capricho español. Suyas son también abundantes piezas para guitarra (Bambuco) y para piano (Acuarela, Preludios, Bambucos, Pasillos, Improvisación, la danza Pincho y otras); música de cámara (en la que destaca el Trío en mi menor para violín, cello y piano, en un movimiento); varias canciones (entre ellas Te quiero y Cartagena); algunas obras corales profanas (Arrurrú, El tropelín) y religiosas (Ave María).
Esta noche se ofrece una interesante muestra de la música de cámara de Mejía: Candita (1963), escrita en la forma de un muy elegante pasillo, está dedicada a Candita Rojas, la anfitriona del selecto grupo bohemio cartagenero al cual perteneció el compositor en los años 50s y 60s. La composición Busca Mujer (1962), está basada en un tema original de Carlos Gómez Padilla, famoso músico popular en Cartagena a principios del siglo XX. El tango Tiene caché está dedicado a Carmen de Vilasaló, y a su esposo, español, gran bandoneonista. Oye, para violín y piano, con el subtítulo de Canción sin palabras, parece ser una insinuación. Lopezca (1951), para violín y piano, es también conocida como Lopeciana y Burlesque, como simulando en música el estilo del poeta cartagenero Luis Carlos López, de donde tomó su nombre definitivo. El Impromptu (1961), versión para violonchelo y piano de su bella Improvisación para piano, está dedicada a Jiri Pitro.
31 янв 2010