🔷 Nunca antes un cliente había tenido la oportunidad de pedir directamente al fabricante un coche de carreras con puesta a punto para deportes de motor. Por 150.000 marcos alemanes (1979) cualquiera podía comprar un BMW M1 Grupo 4. El coste de una temporada completa era seis veces mayor.
🔶 Si algo caracterizó a la BMW de los 70 y 80 fue el sonido de su Straigth-six. El M1 Procar concretamente cautivo a millones de espectadores en las gradas, donde su seis cilindros en línea comenzaba a hipnotizar los sentidos auditivos cuando éste alcanzaba las 6.000 vueltas. Un poco más arriba en el tacómetro, en la franja de las 7.500, esta mecánica derramaba su potencia máxima, pero la aguja aún podía seguir escalando a las 8.000, 9.000 e incluso las 10.000 revoluciones.
🔷 Escuchar esta sinfonía majestuosa atravesando el túnel de Mónaco durante finales de la década de los 70, debió ser algo idílico. Pues imaginaros 20 unidades rugiendo a la vez, además pilotadas por los grandes nombres que encabezaban las parrillas de la Fórmula 1. ¿Una tortura para el oído interno, o más bien un placer?
25 ноя 2023
