Ahora muchas mujeres han dado un paso atrás, se quedan en sus tareas domésticas de la familia, por que los hombres les ofrecen la salvaguardia económica, y poder criar a los hijos de una manera más tranquila, y en edades más naturales. Dejan la vida social y política porque priorizan los cuidados familiares, y más en tiempo de pandemia. Trabajan unos meses pero sin tener una permanencia. Además hay muchas mujeres que no les llega por parte de los servicios sociales ayudas, y que se han encontrado en paro por el Covid-19. Sobre todo mujeres que trabajaban en servicios domésticos y que tienen una edad avanzada. ¿con 60 años, dónde voy? me preguntan. En las empresas las mujeres aunque denuncien abusos siguen poniéndose en tela de juicio, sobre todo si son de mayor categoría. Además de seguir teniendo menos voz que los varones, siempre se nos tacha de locas, a esta no la hagáis caso, no habléis con ellas. Se nos castiga con la invisibilidad si denuncias o te denuncian por pedir tus derechos. Los hombres están utilizando contra nosotras las mismas premisas de antes, si quieren igualdad que cojan un pico y una pala, o una máquina pesada. En algunos casos mujeres que lo hacen, al tiempo se ven aquejadas de dolencias prematuramente, que en muchos casos no atienden en salud laboral, por no estar recogidas, incluso estando recogidas en nuevas cláusulas de salud laboral te las niegan los médicos de las empresas contratadas, por ser ellos los que atienden las consultas. Entre los que se separan se crean redes para interferir en la vida laboral de las mujeres que trabajan en la misma empresa. Personalmente conocí a una compañera que con la separación le hicieron incompatible la conciliación familiar. Los jefes y compañeros la interceptaron tanto en el trabajo que acabó suicidándose. Había que haberla visto cuando trabajaba recién separada, la fluidez, el cariño que emanaba de ella, a unos meses antes del suicidio, no reconocía a nadie (no la permitían hablar fuera de sus funciones como policía municipal de Leganés). Eso mismo intentaron conmigo, no dejaban a el resto de los trabajadores hablar conmigo, tuve más suerte, algunas mujeres se negaron y tomaron represalias. Al jardinero del centro le vieron una vez hablar conmigo y le sustituyeron. Perdonad que haya terminado con algo personal, pero todavía hay personas que piensan que no estoy bien de la cabeza y que soy una grosera. Todo esto impidió que pudiese cambiar de categoría profesional. Pero algunas mujeres en otros puestos de peones de mantenimiento ni se lo plantean el presentarse a un puesto de "varón" . A Veces por lo bajo he denunciado situaciones de desigualdad y ha funcionado. Ahora personas que me apoyaron les han puesto en lugares de "castigo". Yo misma estuve trabajando sola muchos años, cuando me castigaron en el puesto que saque la segunda plaza, estuve más de 5 años en un trabajo que no se hacía nada y que tampoco me permitían hacer nada. Así podría hablaros de infinidad de sucesos, de mujeres recién operadas las ponían a cargar y descargar camiones, sabiendo sus capataces que volvían de operaciones, y sus encargados, " eso es lo que hay" las decían. Oficiales insultando y gritando a sus ayudantes sobre todo cuando son mujeres. Capataces Esperando a la salida de sus casas, en el desayuno, a la salida del trabajo. Bajo mi punto de vista hay un retraimiento de las libertades y de la igualdad. Muchas gracias, atentamente Eva Gracia Sánchez. Leganés, Madrid.
